•Aprendiz de Oficio

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4:00 pm

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El sonido de unos toques se escucharon en una puerta de color negro unos instantes después se escucho un 'adelante', cuando dio la confirmación, tomo la manija y abrió la puerta dentro de la pequeña pero acogedora oficina estaba un señor de unos 49 años exactamente con el cabello castaño ya surcado por unas cuantas canas, no muchas.
Kagura se adentro en la oficina y cerró la puerta tras de ella.

-señora Kagura, bienvenida, mi asistente me dijo que tenía una cita para arreglar el testamento de su esposo Naraku, ¿no es así? - el hombre se puso de pié en su lugar y acomodó su saco después estiro su brazo derecho hacia el frente para saludar a la mujer de ojos carmín ella imitó su acción concluyendo con un apretón de manos - por favor tome asiento - señaló con su mano y tomo asiento

- si, mi esposo últimamente a estado muy enfermo, lo e querido llevar al médico pero no quiere y la verdad es que yo e visto que su salud se esta deteriorando poco a poco -dijo y tomo asiento encorbando su espalda, sus ojos dejaron escapar unas lágrimas falsas

- lo lamento mucho señora - mencionó el hombre - ¿el señor Naraku fue quien la mandó a ver lo de su testamento?- pregunto y la miró

- la verdad es que no - respondío y corrigió su postura en la silla y hombre frente a ella a filo aún más su mirada hacía la mujer

- entonces supongo que lo que usted quiere decir es si, ¿usted se encuentra dentro de ese testamento? - dijo sabiendo a lo que se refería la mayoría de las personas buscaban su propio bienestar económico antes que cualquier otra cosa en el mundo

- si, así es - un brilló se reflejo en sus ojos - vera si, en dado caso que tristemente mi esposo llegara a fallecer; yo como su viuda tengo que asegurar mi porvenir más que nadie aun que me haría demaciada falta mi esposo

- el señor Naraku tiene estipulado en su testamento que todo su dinero, propiedades, cuentas bancarias entre otros bienes, serán donados a orfanatos, hospitales, centros de beneficencia, iglesias, etcétera - mencionó, un incómodo silencio se hizo presente, Kagura por dentro estaba que se moría del coraje y mordía su lengua con fuerza evitando gritar una y mil maldiciones a Naraku y al notario frente a ella, pero au había una solución para que la cláusula de ese testamento no se llevé acabo

- de acuerdo - dijo con simplesa y su mirada se volvió fiera - hay una manera de que ese testamento cambie para que todo vaya a mi favor, que le parece si negociamos - dijo Kagura el hombre no entendía a lo que ella se refería, la de ojos carmín al instante se puso de pie y dirigió ambas manos a su camisa para comenzar a desabrochar los primeros 3 botones dejando el centro de sus cenos un poco expuestos

- creo que usted se está confundiendo, señora - mencionó el hombre con nerviosismo al ver a la mujer acercar se a él

-no se equivoca, no estoy confundida, vamos acércate y demuestrame de lo que eres capaz - dijo y se sentó sobre el escritorio, el hombre frente a ella hizo para atrás su silla y cuando estaba apunto de ponerse de pie para salir huyendo del lugar, Kagura habrío sus piernas dejando expuesta su intimidad al hombre

Este no se resistió y se puso de pié y se hacerco a ella hasta quedar a unos sentimetros del rostro de la malvada mujer de ojos carmín, y atacó con un beso tosco pero pasional, Kagura correspondio a este, se separaron jadeando fuerte mente el hombre dirigió sus manos a la camisa de Kagura y comenzó a desabotonar los botones aún restantes dejando expuestos los cenos sin sostén de Kagura y también su cintura, el castaño relamio sus labios, hacerco sus labios de nueva cuenta pero estabes tomando otra dirección justamente en el hombro izquierdo de Kagura.
Después se separo del hombro de la oji carmín y con un desespero animal el se arrancó la camisa dejando a la vista de Kagura su muy bien trabajado torso

La ropa desapareció de un momento a otro y ahora ella se encontraba recostada en ese amplió escritorio con las piernas abiertas con ese hombre justo en medio de estas apunto de ser penetrada. Cuando el hombre entró en ella, su mente viajo a aquellos años donde fue prostituta y donde su cuerpo le perteneció a tantos hombres que el hacer esto ya no le causaba repugnancia sino una gran nostalgia

En aquellos días siempre fue un hombre diferente, un miembro diferente, con un cuerpo diferente. Pero ninguno se podría llegar a comparar con Inuyasha, no Inuyasha era diferente un hombre en toda la extensión de la palabra, un hombre que le causaba una gran satisfacción al momento de entregarse mutuamente y que en aquellos días en los que vendía su cuerpo lo único que imaginaba era que, el era quien la tocaba y curiosamente se había acostumbrado a gemir su nombre en silencio para no tener que decirlo en voz alta, así que esto ya era demasiado común por lo tanto no le costó entregarse a Naraku y mucho menos a este hombre así se había convertido en una aprendiz de oficio

 Pero ninguno se podría llegar a comparar con Inuyasha, no Inuyasha era diferente un hombre en toda la extensión de la palabra, un hombre que le causaba una gran satisfacción al momento de entregarse mutuamente y que en aquellos días en los que ve...

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Hola muy buenos días, como están este capítulo hiba a ser publicado el día de ayer pero lastimosamente se borro y bueno me quede despierta hasta la madrugada para poder escribirlo de nuevo y actualizar, bueno me voy y los dejo con este capítulo, no olviden que los quiero mucho les mando muchos besos y abrazos virtuales bye 😘 💕 ♥

𝐁𝐨𝐫𝐫𝐨 𝐂𝐚𝐬𝐬𝐞𝐭𝐭𝐞《Inuyasha》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora