Reencuentro final.

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La invitación perfecta e intacta y su vestido blanco con detalles turquesa de telas finas pasaron desapercibidas por la seguridad, aquel malévolo ente se había encargado de torcer todo a su favor, tanto la falsa identidad como la gala de máscaras nocturna ocultaban los terribles acontecimientos que ella misma causaría.

Antes de actuar observo por completo el ambiente en que se encontraba. Tanta gente noble reunida en un solo lugar provocaría a los guardias a ser más susceptibles al momento de actuar fuera de lo común. Tendría que aprender a fingir y utilizar todo lo posible a su favor.

Mientras estaba distraída, un sirviente tocó su hombro, dejó una manta y huyó rápidamente.

— ?

Inspeccionando con temor el contenido se dio con la sorpresa de una daga realmente afilada, tocó un poco la hoja consiguiendo un Corte casi inmediato aún con poca fuerza, ese loco no estaba bromeando para nada.

Ocultando su mueca de dolor guardaba el peligroso objeto entre su vestido largo, con la esperanza de no ser descubierta bajo tantas miradas.

— N-no quiero hacer esto, pero tampoco quiero morir... Se susurraba así misma con miedo.

Absorta en todos los recuerdos dolorosos, la voz de un grupo de chicas logró sacarla de su prisión mental.

— Príncipe Minamoto!

Gritos provenientes de jóvenes damiselas llamaron su atención, todas parecían muy interesadas en el príncipe mayor. Pronto toda la atención era para el, todos se amontonaban para intentar presentarse, era obvio, después de todo el era el próximo rey.

Su mirada se apartó buscando entre la multitud, no tardo mucho en hayar la naranja cabellera del príncipe menor quien atendía a algunos invitados a lo lejos, su corazón dio un vuelco. El no había cambiado en nada desde la última que se vieron, su sonrisa amabilidad parecían seguir ahí después de todo, como si se hubiera quedado atrapado en sus 9 años.

Tan nostálgico ambiente la detuvo a pensar en el pasado y en sus juegos infantiles que se ocultaron bajo la cruel realidad.

Su reencuentro también se convertiría en su despedida, era casi poético de una forma horrible...

No quería darle muchas vueltas al asunto, Sabía que si veía de más al joven príncipe, el remordimiento la inundaria incluso si la daga aún no había sido clavada en su piel.

Necesitaba encontrar una forma de atraer solo su atención, no podía darse el lujo de atraer miradas de ajenos a su objetivo, si alguien lo descubriera antes de tiempo, estaría muerta antes de las 12.

Para su suerte, ella sabia perfectamente que el príncipe más joven era visto como la sombra de su hermano, nunca nadie se preocupo por prestarle atención si su hermano estaba en la misma sala, un príncipe que nunca tendría los suficientes logros como para ser reconocido, al final todos los invitados que saludaba salían corriendo a buscar al futuro rey, ella podía verlo de lejos, El joven se despedía siempre con una sonrisa, pero detrás de su máscara, una mirada de descepcion estaba presente, Aunque parecía que era la única en notar su miseria, como cuando solo eran unos niños pequeños.

No negaba que tenía la misma necesidad de entonces de ir y protegerlo, más su misión no era llenarlo de calidez.

Era arrebatarle todo. Todo por que la joven Yashiro no pensó en las consecuencias de jugar con energías superiores.

Y ahora, tenía que atraerlo al jardín, era el lugar perfecto, los guardias estaban demaciado ocupados velando por la seguridad del joven futuro rey, que descuidarian al joven príncipe, ella sabia por sus expresiones su plan, el no quería seguir en aquel ambiente, nunca le gusto estar rodeado de gente hipócrita que trata a todos como inferiores, saldría a despejar su mente en cualquier momento, y entonces ella estaría ahí, esperándolo entre los Rosales, las Rosas blancas siempre le gustaron, utilizaría eso a su favor tambien.

Parada entre las bellas Rosas blancas que eran iluminadas por la tenue luz de la luna y la vela que había tomado de un candelabro, el vendría pronto, y necesitaba ganarse su confianza en 3 horas para luego apuñalar lo por la espalda, literalmente.

Silencio y voces en su cabeza que le decían mensajes contradictorios era lo único que podía escuchar, empezaba a dudar de si era el lugar ideal, más la cabellera rubia del joven apareció entre la entrada, incluso después de 5 años, lo conocía tan bien, en algún punto lo había considerado su hermano, ahora no sabía cómo sentirse al respecto.

Aunque claramente sus propios pensamientos fueron interrumpidos por la suave voz contraria que pronunció su nombre...

— Nene...

Una mezcla de felicidad y tristeza que no esperaba, se hicieron presentes, no pensaba volver a escucharlo o que siquiera recordará su nombre, su voz había sido agravada por los años, pero seguía siendo el, El niño con el que jugaba cuando era menor, El hermano que nunca tuvo, El hijo de la persona que arruinó su vida, La trágica víctima de la noche, El príncipe menor de la familia real, Minamoto Kou.

Una estrella a la sombra del Sol, seguramente nadie se preguntaba a donde había ido, y esa sería la última vez que se le vería con vida.

— Kou... Cuanto tiempo.

La mayor sonrisa que nunca había tenido salía a flote, no sabía si le mentía o no entre aquella expresión, se sentía hipócrita estar tan alegre de ver a tú víctima, pero realmente lo extrañaba, si por ella fuera, nunca habria llegado a esa situación, odiaba a su padre, pero sabía perfectamente que aquel joven era alguien de un corazón puro, tanto que no notaria su traición, se sentía asqueda de si misma, Aquel brillante joven, era demaciado para el mundo, y la luz de su estrella pronto se apagaria.

Yo... Yo te eh buscado todo este tiempo..

𝕬𝖘𝖎 𝖖𝖚𝖊 𝖊𝖘𝖙𝖆 𝖊𝖘 𝖑𝖆 𝖕𝖗𝖎𝖒𝖊𝖗𝖆 𝖕𝖆𝖗𝖙𝖊, 𝖓𝖔 𝖒𝖊 𝖈𝖔𝖓𝖘𝖎𝖉𝖊𝖗𝖔 𝖆𝖑𝖌𝖚𝖎𝖊𝖓 𝖇𝖚𝖊𝖓𝖔 𝖊𝖓 𝖊𝖘𝖙𝖔, 𝖆𝖘𝖎 𝖖𝖚𝖊 𝖈𝖔𝖓𝖘𝖎𝖉𝖊𝖗𝖆𝖗𝖊 𝖈𝖚𝖆𝖑𝖖𝖚𝖎𝖊𝖗 𝖖𝖚𝖊𝖏𝖆, 𝖌𝖗𝖆𝖈𝖎𝖆𝖘 𝖕𝖔𝖗 𝖑𝖊𝖊𝖗.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2022 ⏰

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