Antes de que comiencen Las Nacionales, Fukurodani vuelve a armar un campamento de entrenamiento; sin embargo, en este invita a Karasuno, Nekoma, Shiratorizawa y Aoba Johsai. Los cinco equipos se llevan bastante bien, sobre todo los capitanes eh Iwai...
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Bueno, bueno. Es hora de terminar lo que empezaron los estúpidos alfas líderes. Muy machos y perfectos... Ja, veamos cuanto dura eso.
Todos los setters omegas nos reunimos y avisamos a ciertos miembros de nuestros equipos que guiaran a los alfas a un gimnasio en específico con cualquier tipo de excusa. Los vimos entrar tan confundidos... Ay, ay, ay, ¿cuándo van a aprender?
- ¿Estamos listos? -Cuestione con una sonrisa.
-Listos. -Todos me respondieron.
En la mañana, cuando nos pusimos los uniformes de los otros, tratamos de que no se viera nuestra diferencia de tamaños, lo que fue bastante fácil porque los más pequeños tenían una muda de ropa de al menos una talla más grande para emergencias, y los más grandes teníamos una que se había encogido y llevábamos por las dudas. Ahora, sin embargo, necesitamos que se note esa diferencia, así que nos cambiamos de nuevo, logrando vernos, o adorables en el caso de los que tienen mudas que les quedan grandes, o atrevidos en el caso de los que tenemos ropa más ajustada.
Entramos decididos, actuando sorprendidos al verlos y algo avergonzados.
-Vaya, vaya. -Kuroo-chan nos miró con diversión. -Pero si son los problemáticos omegas. –
-Problemática tu abuela. -Replique enseguida.
-Oh, vamos. -Shi-chan resoplo. -No estarán enojados por las pequeñas bromas que les jugamos hoy, ¿verdad? –
-Sí, ¿no se supone que ustedes son los "maduros"? -Lo seguí. -Deberían de poder aguantar un par de bromas, ¿no? –
Los cinco alfas nos miraron con seriedad y gruñeron. Bien, hora de poner en marcha esto.
-Vamos... -Comencé a retroceder y los demás me siguieron. -Alfas... -
-Se han portado muy mal. -Iwa-chan mascullo. De acuerdo, aquí vamos...
- ¡Sálvese quien pueda! -Chillé y salí corriendo.
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- ¡Sálvese quien pueda! -Oikawa-san declaro y todos echamos a correr.
De acuerdo, los alfas están enojados... MUY enojados... y Daichi-san no es precisamente lento, pero esto es lo que queríamos que sucediera, así que... Keiji, hora de huir como nunca en está vida.
