Capítulo 5

244 22 2
                                    

Muchos pensamientos habían pasado por mi mente, ya habían pasado días desde que salí con Shinichiro y sus amigos, mi madre se había estado comportando más gentil de lo normal, me asustaba de alguna forma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Muchos pensamientos habían pasado por mi mente, ya habían pasado días desde que salí con Shinichiro y sus amigos, mi madre se había estado comportando más gentil de lo normal, me asustaba de alguna forma.

Se supone que estoy estudiando o practicando cualquier cosa, pero me encontraba acostada en mi cama, había sido extraño, también la forma en que conocí a sus hermanos y ese momento tan raro.

Se me vino una idea a la cabeza, me levanté para salir de mi habitación, fui directamente a la cocina. Necesitaba la ayuda de alguien.

—¿Que tal, Chisi? —sonreí, lo único que no había cambiado era esto, me gustaba, me tranquilizaba.

—Nada. Bueno, si pasa algo, necesito que me ayuden. —todas me voltearon a ver deteniendo sus deberes.

—¿Tiene algo que ver con el chico que te trae en su motocicleta? —apareció una sonrisa pícara en sus rostros.

—No, bueno, si, pero no. —alzó una ceja una de ellas y las otras dos fruncieron el ceño. —o sea si, pero no directamente con él.

—Tranquila, siéntate y explícanos. —me extendieron una silla para poder tomar lugar, mientras ellas regresaban a sus actividades. —¿cómo te está yendo con ese muchacho? Sabes que a nosotras no nos cae para nada bien el rubiecito ese con el que andas.

—Hitobe.

—Como se llame, realmente no nos interesa su nombre, pero lo que si nos interesa, es el nombre de aquel chico que te mantiene con más energías.

—No creo que sea eso, siento que él me las arrebata a mi. —ellas se rieron, como si lo que hubiera dicho fuera broma.

—Como digas, pero cada que llegas a la casa después de estar con él, te ves más relajada. —no sabía cómo reaccionar, no sé si sea cierto o no, yo me veo de la misma manera siempre.

—Creo que ya interrumpimos mucho el tema principal por el cual estoy aquí, ¿que se les puede dar de regalo a unos niños? —me estiré juntando mis manos, estaba impaciente.

—Depende de que niños hablamos, aparte también de la edad que tienen. —me quedé pensando, realmente no sabía nada de ellos, solo eran niños.

—Los niños de los que hablo son hermanos de mi amigo, por eso dije que estaba relacionado indirectamente con él.

—¿Y por qué les quieres dar regalo a esas niños? —se podía observar que mientras seguía haciendo sus quehaceres tenía una sonrisa satisfactoria.

—Es que tuvimos un malentendido y se los quiero recompensar, pero no sé qué darles ni tampoco su edad. —se volteó dejando lo que tenía en las manos, después fue a lavárselas.

—Déjame entregar estos papeles en el despacho de tu padre y ahorita regreso a ayudarte. —asentí, ellas siempre habían trabajado muy bien desde que tengo memoria y eran muy atentas.

Punto de partida | Shinichiro SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora