¡No soy furro! [CANCELADA]

Lluvia

Chifuyu era la persona mas amable y buena que podias conocer, su pasado como pandillero contrastaba demasiado con como era en realidad, no parecia la misma persona aquel que podia romperte la cara de una patada con el que era tan dulce como para cuidar de la manera mas cariñosa posible a un animalito.

No fue sorpresa para su madre o su padre que al salir de la escuela decidiera tener una tienda de mascotas, lamentablemente, poco despues de que la abriera, su gatito Excalibur murio de vejez, fue terrible para Chifuyu ya que lo habia tenido con el desde que tenia diez años. Dolio tanto en el que prometio no tener mas animalitos para respetar su memoria, pero estaba triste, se sentia solo en su departamento sin el, incluso si mantuvo su promesa.

Porque no queria abandonarlo, incluso si no lo veia, su gatito seguia regresando al lugar donde vivia Chifuyu, acompañandolo y negandose a ir al cielo.

-Tienes que irte ya, ha pasado mucho tiempo, tienes que descansar.-Le recordaba la muerte cuando lo encontraba rondando el departamento del rubio otra vez, y el bajaba las orejas tristemente, negando con la cabeza, no queria dejar a Chifuyu por su cuenta.

"No quiero que este solo", maullaba.

-No lo estara mucho tiempo.-Aseguro la muerte, porque Chifuyu tenia su propio destino, y el gatito ladeo la cabeza, mirandole confuso, no lo entendio entonces, si lo entendio luego, y durante un dia de lluvia.

Chifuyu habia estado preparando todo para marcharse de la tienda, era un poco tarde, pero se habia quedado para darle sus medicamentos a los perros y gatos mas grandes, habria lluvia y tambien habrian truenos y no queria que se asustaran demasiado, asi que cubrio todas las ventanas, le dio medicamentos para que estuvieran tranquilos, les dejo comida y luego se despidio de todos antes de marcharse.

Vivia solo a un par de calles de la tienda de mascotas, asi que el camino no era demasiado complicado, pero la lluvia ya habia comenzado a caer con fuerza afuera, puso el paraguas sobre su cabeza, y comenzo a caminar a casa, cuando cruzaba una calle donde los focos parpadeaban, vio un gato negro parado bajo el unico foco que seguia encendido, maullaba fuertemente, de alguna manera haciendose escuchar sobre la lluvia tormentosa.

No pudo apartarse del camino, el no era asi, no podia dejarlo tirado ahi como si nada, asi que se acerco con preocupacion.

-Oye, ¿Que haces en la lluvia?, vas a enfermarte.-Le regaño como si le entendiera, el gato se detuvo ante el tono dulce de su voz, se movia inquieto, se acerco a el, los ojos marrones con destellos miel alzandose en su direccion, maullo otra vez con fuerza, moviendose de un lado a otro, no le dejo acariciarlo, se movia de ahi, corriendo de pronto, maullando otra vez.-¡Hey!, ¡Espera!.-Grito en su direccion, maldiciendo en voz alta al pensar en tener que correr por la lluvia.

Pero lo siguio de cualquier manera, si no le dejaria llevarselo, al menos esperaba encontrarle un lugar donde refugiarse de la lluvia, pero el gato no se detuvo hasta estar en unas cajas tras un callejon, maullando hacia Chifuyu otra vez, se levanto sobre una caja y volvio a llamarle con urgencia, Chifuyu se acerco confuso y se inclino sobre la caja, viendo otro gato ahi, acurrucado sobre si mismo, temblando por la lluvia y sin moverse mas que para eso.

Los ojos verdes se abrieron sorprendidos, el gato negro poniendose a su lado en la caja y maullando de nuevo, sonidos preocupados, odiando no poder hablar, Chifuyu dejo el paragua a un lado y puso una mano sobre el gatito de rayas, este hizo un debil sonido que se sofoco con la lluvia, y con solo verlos no fue capaz de abandonarlos.

-Voy a ayudarlos, ¿Si?, dejame llevarlos a mi casa, les dare comida.-Prometio esperando que lo entendiera, y el gato negro dejo de llorar, solo acercandose al gato de rayas y acurrucandose con el en un intento de que dejara de temblar, Chifuyu cerro la caja por arriba, y la tomo en sus brazos, cargando a ambos en ella, rogando que no se rompiera con el agua. Tomo como pudo el paraguas y lo puso sobre ellos incluso si terminaba empapado el, siguio caminando hasta la casa.