Querer

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Chifuyu no supo moverse unos segundos, se estiro intentando quitarle el rociador de las manos, pero Kazutora solo se rio y lo alejo de el, dejandolo fuera de alcance, se enojo y se estiro mas fuerte para alcanzarlo, Kazutora se estiro mas para alejarlo y Chifuyu termino sobre el, cuando se dio cuenta, incluso Kazutora mirandole sorprendido, ambos paralizados en sus lugares, ahora sentia cada centimetro de su cuerpo en el suyo, enrojecio profundamente.

Lo peor de todo era que, suponiendo que como gatos se subian a todos lados, escalaban, corrian y saltaban de un techo al otro, ni siquiera su cuerpo como humanos era otra cosa que esbelto, eran atractivos, eso le molestaba mas, y ahora estaba poniendolo terriblemente nervioso, estaban demasiado cerca, Baji los miro al despertar, confuso.

-¿Por que a el si lo abrazas?.-Sono muy serio al preguntar, y Chifuyu solo lo miro con el rostro ardiendo mas, puso las manos en su pecho como apoyo, temblando mas al tocarlo, e intento sentarse, se detuvo apenas penso que era una mala idea, solo rodando de vuelta al medio de la cama, ahora atrapado entre ambos otra vez, se sento con rapidez y cuidando de no mirar a ningun lado se movio para escaparse.

-Quedate con el rociador.-Solto con rapidez, moviendose, y ellos mirandolo fijamente, compartiendo una mirada rapida y moviendose para vestirse e irse tambien detras suyo, no lo querian lejos, Chifuyu solo escapo mas rapido hacia la cocina para buscar otro rociador.-¡Los gatos no deberian ser atractivos!.-Se quejo en voz alta, para si mismo, cubriendo su rostro con las manos de manera exasperada, no le parecia para nada justo. Comenzo a mover las cosas buscando el rociador.

-Chifuyu...-Baji dijo su nombre en un sonido que era practicamente un ronroneo, le hizo temblar un segundo, y se inclino tomando lo primero que encontro en la bolsa de la encimera, estirandolo en su direccion para poner distancia, ellos abrieron los ojos de par en par, y se paralizaron en sus lugares al ver lo que sostenia.

-Chifuyu baja eso, prometemos no acercanos, pero bajalo.-Pidio Kazutora en un hilo de voz, sonando aterrado, y Chifuyu lo miro sin entender, luego notando lo que sostenia en sus manos, un pepino, su mirada se ilumino como si hubiera descubierto un tesoro, era su salvacion, los gatos odiaban los pepinos, le asustaban.

-No lo bajare si ustedes continuan siguiendome.

-No lo harias.-Baji dijo con seguridad.

-¿Quieres probar?.-Pregunto y tiro el pepino a sus pies como si fuera una granada, ellos reaccionaron como si los fuera a matar, ambos sisearon al tenerlo cerca, y dieron un salto aterrados, moviendose lo mas lejos posible del pepino, Baji escondiendose tras la pared, y Kazutora detras del sofa.

Chifuyu tuvo ganas de reirse, y penso que habia encontrado la solucion a todos sus problemas, Chifuyu sabia que si estuvieran en su forma de gato estaran engrifados, estaba en un segundo pensando seriamente en rodear toda su cama con pepinos para dormir esa noche y evitar que fueran a subirse con el, era ridiculo que tuviera que usar pepinos para salvar su virginidad de un par de gatos-humanos en celo, mientras mas lo repetia en su mente, mas ridiculo se ponia, era una locura por completo.

-¡Eres un mal dueño, Chifuyu!.-Le grito Kazutora asustado aun, Chifuyu acercandose al pepino para tomarlo, y levantarlo del suelo, no queria torturarlos tampoco.

-Es para que vean de lo que soy capaz.-Aseguro, llevandolo con el a la cocina, preparo leche para ellos, y comenzo a hacer el desayuno, ellos le miraron fijamente todo el tiempo, sentandose en el sofa para esperar la comida, ese dia ni siquiera les dejaria ayudarlo, y no pensaban que estaban haciendo nada malo, solo se sentian mal y querian estar con el para sentirse mejor, no entendian porque no les dejaba acercarse.

Sirvio la comida en la mesa, el pepino todo el tiempo al alcance de su mano, ellos comieron mirandolo a cada segundo, atentos, expectantes de que no fuera a acercarlo a ellos, el desayuno fue tranquilo, y ellos se esforzaron por comer tranquilos y como una persona normal haria, costandole por sus costumbres de querer tomar toda la comida que pudieran antes de no tener que comer otra vez.

¡No soy furro! [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora