XI

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Tanjiro entro en desesperacion al ver a su amigo tirado sobre el piso, el rubio de mechones flameantes se percato de la preocupacion del menor.

Con cuidado se acerco al pelirojo y poso una mano en su hombro derecho.

—Tenemos que llevarlo a su habitación—comento con tranquilidad, se aparto del menor y se acerco son calma al rubio que estaba tendido en el piso, puso una mano en su espalda y otra entre la parte trasera de las rodillas del rubio, cargandolo estilo princesa 

Tanjiro lo seguia con calma, un silencio los envolvia pero no era incomodo.

Caminarón unos minutos tratando de no hacer ruido.

Jigoku rompio el silencio, asustando a Tanjiro.

–Tu amigo tiene un oido muy fino?– a tanjiro lo tomo por sorpresa.

–si, puede escuchar todo incluso algunas cosas que no quiere– dijo entre pequeñas risitas, que solo provocaron mariposas en el estómago de jigoku, Tanjiro era muy hermoso para él, cómo había conseguido conquistarlo no lo sabía pero agradecía internamente a su antiguo yo.

( • • • )

Dejaron al rubio en su habitación y se fueron juntos, el cielo comenzaba a cambiar de color, de ese azul tan oscuro e intenso a un difuminado de un naranja y rosado tenue, el amanecer los estaba alcanzando, y eso era lo que menos querían.

El tiempo pasó muy rápido demaciado para el gusto de aquellos enamorados que se reencontraban después de tanto tiempo.

El silencio reino hasta que el de hebras rojizas decidió soltar palabra.

–...tu volverás?–pregunto con cierta pisca de miedo en su voz.

El ex pilar del fuego lo miro sorprendido el menor parecía que podría llorar en cualquier momento.

Suavizó su expresión y acerco su mano a la mejilla del contrario para dar pequeñas caricias con su pulgar, con una sonrisa en labios respondió –siempre volveré por tí –queria decir "mi amor" al final de su frase pero no tuvo el valor.

Tanjiro lo miro con dulzura, seguía siendo el en el fondo, era su Rengoku.

–Yo- Tanjiro iba a hablar de no ser por un sonido que se escuchó a lo lejos, seguido de un grito.

–Tanjiro!!–era una voz femenina que lo llamaba a la distancia, el Kamado pudo reconocer de quién era aquel grito, era de Shinobu.

Con nervios miro a su acompañante sin saber que hacer o como ocultar o deshacerse del alfa.

El ex pilar de la llama lo miro algo confundido, el menor lo había agarrado de la mano y corrieron hacia una esquina de un muro cercano, algunos árboles lograban hacer sombra.

Estaban jodidos si el sol los alcanzaba.

–Tienes que irte–dijo con prisa el pelirrojo–si Shinobu te encuentra estaremos en problemas, el sol aún no sale, por favor vete–dijo estoy muy rápido mientras arreglaba un poco la ropa del alfa, acomodaba su cabello y su ropa–cuidate por favor–dijo esto con tono de súplica, el Omega estaba tan concentrado y perdido en lo que hacía que no se dió cuenta cuando el mayor comenzó a acariciar su mejilla con mucha calma.

Agarro su mentón y elevó su cara para que lo mirara –Oye tranquilo–dijo mientras acariciaba los cabellos rojizos del menor, lo agarro de la cintura generando un sonrojo en la mejillas del contrario, fue disminuyendo el espacio entre sus rostros, hasta rozar sus labios, fue un beso corto y suave, el Kamado no sabía que hacer tenía la cara rojo fuego y el corazón a mil por hora.

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⏰ Última actualización: Nov 03, 2023 ⏰

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