➷13. Consecuencias

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El omega suspiro con cansancio, cualquiera que lo viera a los ojos se daría cuenta que estaba completamente cansado. Había viajado tan repentinamente hasta Seul por obligación, a menos que quisiera ponerse en riesgo se hubiera quedado trabajando.

El omega estaba frente a una maquina expendedora de bebidas, oprimió un botón para poder obtener una laza de café. Sobre sus labios descansaba un cigarro a medio terminar, se inclinó para tomar su bebida, pero en ese momento alguien más lo tomo por él.

—¡Oye! Eso es mío...— se quejó, mirando al chico al chico que estaba a su lado — Ah, eres tú.

—¿Quién creíste que era?— preguntó el Alfa con una ligera sonrisa sobre sus labios —, ¿Bang Chan?

—Cállate, no me hables. Me metí en este problema por tu culpa — respondió el pelirrojo.

—Claramente tú quisiste ayudarme— le dijo el mayor, tendiéndole la lata de café y tomando el cigarro de sus labios.

—¿Acaso no te enseñaron a no tocar lo que no es tuyo?— se quejó, mirando con leve molestia al Alfa.

—¿Por qué consumes tantos cigarros? Vas a morir muy joven— aventó el pedazo de cigarro al cesto de basura y tiró de la cintura al pelirrojo, dejando un beso en su frente —, y necesito que te quedes conmigo.

—Ugh, eres molesto. Solamente me quieres contigo por tus estúpidos planes contra ese chico. — le respondió, alejándose de él.

—¿Cómo sabes eso? No tienes que preocuparte, yo envié las fotografías no tú, así que niega todo lo que te pregunten y no te harán nada.

—¿Por qué quieres destruir a ese pobre chico? Estoy seguro de que no le quieres robar el omega— lo miró con atención —, ¿es por lo de tu padre? 

— No.— respondió tan rápido como pudo, evitando mirar a los ojos del pelirrojo.

—¿Entonces por qué estás tan encaprichado con Chan?— el menor se cruzó de brazos mientras esperaba una respuesta. 

—No estoy encaprichado Chanhee. 

—Lo estás, si no fuera así no estarías haciendo todo esto— le cuestionó —, dios, si voy a esa casa van a matarme.

—No van a matarte, solamente tienes que negarlo todo ya te dije. 

Chanhee hizo un puchero y asintió, diciéndole: —Ni siquiera estás preocupado por mí, siempre me tratas mal y me utilizas, no sé ni siquiera porque me gustas.

—¡Me preocupo por ti!— le reprendió Hongjoong —, pero no me gusta demostrarlo.

—Eres un imbécil —rodó los ojos para después tomar su equipaje y salir de aquel aeropuerto.

Chanhee podía admitir que había tomado esas fotos, pero después de eso le preguntarían porque las envió o a quién se las mandó. No podría decirles que eran para Hongjoong. Era un idiota, ambos lo eran, porque Chanhee sabía que estaba jugando con fuego al ser llamado por Los Bang, básicamente estaba acabado, peor tampoco podía darle la espalda a Hongjoong porque estaba profundamente enamorado de él.

Y le dolía, le dolía mucho por ver como su alfa solamente se empeñaba en arruinar la vida de alguien más.

A veces creía que Hongjoong estaba obsesionado con Chan, quería arruinarlo, quería acabar con él. Hongjoong estaba perdiendo la conciencia poco a pco con su plan de venganza. Lo que se le hacía extraño era el porqué, pues él sabía bien que Hongjoong nunca había apreciado a su padre a tal grado de querer vengarlo.

Cuadro tomó un taxi para llevarlo a la casa de Los Bang, sintió como alguien más le arrebataba su equipaje, se volvió bruscamente dispuesto a gritarle a esa persona, pero guardó silencio cuando vio quien era.

Casado con la mafia › ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora