|02| Fuerza Y Dominio

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Lisa sacó de ahí el arma que jamás creyó verse en la necesidad de utilizar, pero estaba por una razón. Jennie.

Justamente era el día de la cita junto a Katerine. Y no podría negar que toda la situación le pone los pelos de punta, pero no había fuerza en la tierra que la detuviese de actuar a rienda suelta, su mente está corrupta ante la idea de terminar con el caso de Katerine de una vez por todas.

Iniciando por el arma, la herencia más cuestionable de su abuelo, una springfield 1911 que tuvo que limpiar de polvo y asegurarse de tener una recarga. Claro que no fue mucho problema, Lisa sabe perfectamente como tratar con esas cosas, incluso le enseñó cómo usar un rifle alguna vez a su esposa, durante un viaje al campo de sus padres.

La familia de Lisa es de origen tailandes, sin embargo, han estado por todo el mundo, recorriendo todos los continentes de arriba a abajo hasta quedarse finalmente en Corea. O eso era antes de que los padres de Lisa se mudaran con su hija por sus estudios. Ahora los señores Manoban son una pareja de jubilados con mucho tiempo libre. Son el tipo de pareja que huirán del país antes de dejar que su hija pisara una comisaría. Y conocen sus riesgos, porque saben quién es Lisa y cómo sería su vida si Jennie no estuviera en ella.

Lisa rascó su barbilla al tener todo empacado, preguntándose cuál era el siguiente paso, hasta que finalmente tomó su celular.

—Sé que no hablamos hace un rato, pero te necesito urgentemente —Lisa fue al grano, dejando a su amigo con un "hola" atorado en la garganta—. ¿Recuerdas a Jennie?, mi esposa.

—Sí, sí, la recuerdo. —Él dijo con tranquilidad, a pesar de sorprenderse al escuchar la voz de una vieja amiga.

El horario de Corea está trece horas por delante de Washington, por lo que él vive en miércoles y Lisa en martes. Mientras él está desayunando, Lisa mira la luna perfectamente formada en el cielo, mirándola al mismo tiempo que sigue a Jennie.

—Bueno, ella no está en casa y no me dijo a dónde iría pero tengo razones para creer que está en peligro —Lisa dictó mientras empacaba un pequeño maletín en el auto—, de verdad necesito que la rastrees.

—¿En qué mierda estás metida ahora? —él mustio.

—Mis tiempos de peligro callejero acabaron hace mucho, lo sabes —la rubia aclaró—. Solamente quiero saber donde está. ¿Podrías?

Josh estiró sus brazos y suspiró profundamente, no se ve involucrado en ese tipo de cosas desde un tiempo atrás. Pero es una verdadera casualidad que Lisa aún tenga su contacto y no le negaría una ayuda a una vieja amiga. El como Lisa siempre necesitó de ella cuando eran unos chicos, y ella era la más noble de las almas. Es un favor que le debe desde hace años.

—Bien, no debe ser difícil con su correo, pero si algo sale mal no es mi problema, ¿oíste?

—Nada va a salir mal, y voy bajo mi propio riesgo —Lisa sonrió instantáneamente.

—Dame su número de teléfono y correo, te aviso cuando termine.

—¿Cuanto crees tardar?, no tengo mucho tiempo.

—Estoy oxidado, tal vez déjame quince minutos.

Y Lisa colgó la llamada para vestirse y limpiar un poco la casa con una aparente normalidad.

...

Una vez llegó al lugar donde Jennie debería estar junto a Katerine, Lisa rogó porque siguieran ahí después del traslado que hizo. Salió del auto, manteniéndose alerta ante los ruidos extraños que hacían eco entre las paredes del callejón, rebotando en sus oídos para mantenerla despierta. Se conservó firme a su plan y caminó discretamente hacia el fondo de la oscuridad.

Trago AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora