¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-"No me digas que hacer jovencita, yo soy tu madre y puedo hacer lo que me dé la gana"- dijo Emma con un tono serio al igual que una mirada sería, más aquella seriedad no duró por mucho tiempo, ya que en cuestión de segundos ambas estallaron en risas.
Aún recordaba esos días como vagos sentimientos de felicidad, vagos sentimientos que formaron hermosos recuerdos captados con fotos que ahora había pegado en su pared.
Más aquellos días solo fueron el inicio de la mejor de las amistades, desde ese viaje la amistad de los cinco se había fortalecido como nunca antes, ahora ya no eran solo chicos que se reunían para comer en el almuerzo o salir ocasionalmente como cuando los Cullen estaban en Forks.
Ahora, luego de cinco meses desde que los Cullen se fueron se sentía tan feliz, tan alegre, tan libre de cualquier tipo de cargas, se sentía como una adolescente, y no como un ser sobrenatural que tenía que cuidarse de no hacer un movimiento erróneo para exponerse a algo.
Desde que los Cullen se habían ido de Forks todo había cambiado para Maya y para todos los que vivían en el pueblo, Maya ahora salía con Leah Clearwater una mujer de la reserva, se había vuelto amiga de un cambiaforma aunque esté no supiera que ella sabía de su condición, ahora le dedicaba más tiempo a sus amigos, a aquellos amigos que había alejado para no meterlos en su drama de seres sobrenaturales; desde que se fueron Forks parecía mas alegre, ya no se veía tan sombrío y ahora el sol salía más seguido, casi como su los Cullen hubieran traído las nubes y la tristeza al pequeño pueblo.
Parecía que todos los habitantes de Forks estaban olvidando a los Cullen, o bueno con excepción de Isabella Swan quién cada día que pasaba parecía más un muerto viviente que una persona, la chica ya no les hablaba, ni siquiera les dirija la mirada y aún peor parecía que en todo momento se encontraba en una especie de trance del que no podía salir.
Pero eso ya no les importaba, ella se había alejado de ellos no viceversa, y luego de lo sucedido cuando fueron a visitarla ninguno pensó siquiera en volver a acercarse de la castaña.
Más ese día cambiaría la trayectoria de su etapa de normalidad en su vida, todo el día había transcurrido con la misma normalidad de los últimos cinco meses, pero su normalidad cambiaría con solo una llamada.
Cómo cualquier otro día había vuelto a su casa tras salir de la escuela, solo que ese día Leah la acompañaba, habían planeado una salida a Port Angel, habían inauguraron un centro de juegos de paintball y como no tenían nada que hacer y no habían ido a Port Ángel por bastante tiempo habían planeado ir y jugar una o dos rondas, claro que jamás esperaron aquella llamada.
Eran como las 3:40 de la tarde, cuando el celular de Maya tocó la canción de Story of my Life de Bon Jovi, no hacía mucho que llegaron a Port Angeles y al hacerlo esperaban poder ir a jugar paintball, divertirse y quizá hasta ir a cenar si salían tarde del lugar, cosa muy probable ya que por algunos contactos de Maya habían logrado entrar a una partida de eliminación, lo que significaba que pelearían con otro equipo y tratarán de acabar con todos los oponentes del otro equipo, pero debido a algunos contactos de Maya había logrado integrará a más de un equipo, muchos eran amigos que conoció y otros eran amigos de sus amigos, su equipo había sido de los más pequeños de todos, con solo 5 integrantes muy difícil, pero suficientes.