✨Familia✨

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No podía más, hoy estaba realmente agotada. Los niños no paraban de dar vueltas por la casa y ella y ella detrás intentando recoger todo el desorden que estaban formando.

Hacía una semana que Franco estaba de viaje de negocios, era algo muy normal que se asusentara de vez en cuando, pero ella lo odiaba, no solo porque era de gran ayuda con los dos terremotos que tenían en la casa si no porque lo echaba demasiado de menos.

-!Niños ya basta!- Grito Sara- Es hora de irse a dormir.

-No mami, todavía no podemos, papá nos tiene que leer un cuento antes de dormir- Dijo una pequeña Gaby de cinco años.

-Mi amor- Dijo Sarita acercandose a su hija- Papá sigue de viaje y todavía no ha vuelto.

-¿Y cuando va a volver mami?- Preguntó Andres.

Ya solo faltan dos días y en cuanto vuelva os leerá todos los cuentos que queráis ¿vale?.

Los niños asintieron y junto a Saritase fueron cada uno a su habitación. Los arropó y los besó antes de volver al salón. Aún tenía que recoger todos los juguetes y la ropa que esos diablillos habían dejado tirados.

Tan concentrada estaba en dejarlo todo en orden que no escuchó la puerta abrirse, ni a alguien acercandose por detrás, hasta que unas manos muy conocidas se posaron en su cintura.

-Ahhhh- Gritó, empujando a su marido.

-Si llego a saber el recibimiento que me iba a dar mi mujer al llegar, no vuelvo- Dijo Franco con una sonrisa en la cara.

-Como se te ocurre darme un susto así Franco Reyes- Le reprochó Sara empujandolo del pecho, para acto seguido cogerlo de la chaqueta, acercandolo de nuevo a ella.

Franco puso las manos en la cara de su mujer, adoraba verla enojada, susu mofletes se ponían rojos y sus pequitas se veían más gracias a eso.

-Te he echado tanto de menos- Le dijo él justo antes de besarla.

Un beso lento al principio, pra volverse urgente después. Demasiado tiempo separados. Se devoraban con las ganas de quien no lo ha hecho en semanas, meses o incluso años. No los separaba ni la falta de aire.

Franco apretaba a Sarita cada vez un poco más cerca de él y ella se agarraba a su espalda como no queriendo dejarlo ir, como si él quisiese irse a alguna otra parte que no fuese el cuerpo de su mujer.

Caminando junto a ella hasta el sofá, sin separarse ni un milímetro, la urgencia de desnudarla y hacerla suya ocupaba toda su mente.

-¿Papá?- Se escuchó de repente desde lo alto de las escaleras.

Sarita y Franco se separaron, con las respiraciones agitadas y los corazonces a mil por hora mientras que los pasos de sus hijos se escuchaban cada vez más cerca.

-!Papi!- Gritaron Gaby y Andres a la vez, mientras saltaban a los brazos de su padre.

-Mis niños, cuanto os he echado de menos- Les dijo Franco.

-Mami nos dijo que volvías en dos días- Dijo Andres

-Lo se mi amor, pero quería daros una sorpresa volviendo antes- Contestó Franco, mirando a sus hijos y a su mujer.

-Genial, porque así podras leernos todos los cuentos que no nos has leido desde que te fuiste- Gritó Gaby, dando saltos de ilusión.

Franco miró a Sara, sabiendo que había sido su grito el que había despertado a sus hijos. Su noche había cambiando de rumbo en un segundo, aunque no se lamentaba, adoraba estar con sus hijos al igual que con su mujer.

Ahora les leería todos los cuentos que sus hijos quisieras y después, volvería a disfrutar en los brazos de su Sarita.

✨Momentos ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora