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Estaba acostada en mi cama leyendo un libro. Mis ojos casi estaban por cerrarse.
Eran las 12 de la noche, mi teléfono se había quedado sin batería y había dejado olvidado mi cargador en casa de mi mejor amiga.
Justo cuando mi cabeza tocó el colchon sonó el timbre.
Mi madre aún no llegaba del trabajo y no era hora que lo hiciera. Me asusté un poco.
Esto era muy parecido a una película de terror, y las cuales no me gustan.
Bajé corriendo con mi short de pijama y top del mismo color que mis medias, un gris con diseño de gatito.
Encendí el foco de la cocina, caminé hasta la puerta y miré por el agujero en esta, el cuál servía para ver quién tocaba.
Me sorprendí cuándo vi a la persona detrás de esta. Suspiré y caminé hasta la ventana para ver si era cierto o solo si mis ojos me engañaban.
¡Carajo!
Que mierda hace él aquí?
Agarré el suéter que estaba sobre el sofá y me lo coloqué. Arreglé mi cabello y abrí la puerta.
—: ¡Tn!—Grita al verme—La hermosa y bella Tn Morgan.
Sin tener que deducirlo mucho, supe enseguida que estaba tomado.
—:¿Que es lo que quieres Gallagher?—Cruzo mis brazos cubriéndome del fuerte viento que corría por la oscura noche.
Él voltea a verme y recorre mi cuerpo con su mirada.
En gran parte me siento violada. Pero violada en el buen sentido.
¡¿Que mierda digo?!
—Puesssss...—Se detiene mientras piensa en algo— Millie me mandó a dejarte esto.
Mis ojos viajan a sus manos. Sostenía entre ellas mi cargador.
Mis ojos se abrieron de la emoción.
—: ¡Mi cargador!—Justo cuando mi mano se estira para alcanzarlo él lo quita rápidamente.
Yo lo miro con confunsión y él sonríe.
—: No, no, no princesa, no es tan fácil—Muerde su labio inferior mirándome.
Rodeo los ojos y lo miro enojada.
—:Si es fácil—Suspiro pesadamente—Y entonces, ¿que quiere el niño malcriado?
Elevo una ceja.
Observo como mira hacía todos los lados y en cuanto menos lo pensé me empujó dentro de la casa cerrándo la puerta detrás de él.
—:Gallagher que haces?, sal de mi casa ahora mismo carajo—Le ordené enojada.
Él sonrió.
—:Ya extrañaba eso—Riendo.
Elevé mis cejas confundida.
—Extrañaba que me ordenaras hacer cosas, eso en ti es tan...adictivo, tan excitante, esa parte enojona de ti me volvía aún más loco—Sonríe.
Sentí como me tensé y un hueco creció en mi estómago mientras el calor subía por mi cuello hasta mis mejillas.
No dije nada.
