Un viaje en altamar

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Al finalizar el funeral Harr regresó a su palacio, con nostalgia y melancolía preparó su equipaje, Halfdan entró a la habitación y al ver a su padre este le preguntó a dónde iría, aún con la cara húmeda de tanto llorar.

— me iré a Guddirgard, el reino de los dioses... tengo que encontrar al asesino de tu madre —espetó con sequedad el hombre.

— Ese desgraciado debe aprender la lección —respondió con furia en su interior el pelirrojo—, iré contigo —agregó decidido—

— el viaje será duro Half, no quiero que te desligues de tu labor en tu ducado, últimamente los centauros han incrementado su presencia comercial en Blackwood, debes hacer que los atlantes recobren la importancia y los faunos vuelvan a consumir nuestros productos —respondió el dios—

— los faunos podrán tener un gran reino sumamente organizado pero es muy inestable, y más ahora que su rey carece de un heredero, mis intereses comerciales están puestos más al oeste, en las aldeas jarmendur... son piratas y necesitan proveedores de barcos, es más carecen de reino propio o una organización eficaz así que podemos acribillarlos con los impuestos —exclamó Halfdan con ingenio.

— saliste a tu madre, inteligente y perspicaz, si quieres ven conmigo, prepara tu equipaje, yo alistaré el barco —respondió el dios—

— será un honor padre —exclamó el joven.

Tras acomodar el equipaje los hombres partieron al amanecer, la nieve había acabado de caer suavemente pero el suelo se encontraba blanquecino, cubierto de centímetros de esta precipitación.

El barco de Harr bordeó la isla en dirección al sur, favorecido por el tranquilo viento que iba en la misma dirección. Luego de remar unas horas llegaron a los picos de Daüdstoff.

Estos picos son estalagmitas que se formaron debido al declive del suelo y a la erosión resultado del aumento del nivel del mar, antiguamente eran partes de la isla pero el mar les fue ganando terreno, aunque las aguas cercanas a estos picos no superan los 3 metros de profundidad los picos son un peligro, es que debido a que estan tan juntos con los vientos fuertes a los barcos se les complica navegar y pueden terminar naufagrando, por eso se les llama picos de la muerte.

— ¡reme! ¡Hay que voltear a la izquierda! —gritó el dios sosteniendo el timón—

— ¡no puedo remar más rápido que esto! —gritó Halfdan—

— ¡ya casi salimos de aquí hijo! —respondió el dios intentando maniobrar el timón—

Harr se encontraba maniobrando el timón con tranquilidad, sin embargo un viento fuerte soplo y lo hizo acercarse a un pico, Harr utilizó toda su fuerza para alejarse del peligro pero no pudo, su barco rozó el pico.

— maldición se hace muy difícil maniobrar aquí, ¡Uppasjör! —gritó el dios—

Al gritar esta última palabra sacó de su bolso una piedra rúnica cuadragunlar, el mar creció, las olas hicieron elevar al barco, las olas crecieron hasta los 8 metros y ayudaron a que el dios se aleje de los picos, un hechizo de agua avanzado.

— Uff, estuvo cerca —espetó el dios.

— sí, aunque todavía nos quedan 4 o 5 días de viaje —exclamó Halfdan exhausto.

El clima de la semana estuvo tranquilo, nevó en 2 noches pero no pasaron tormentas significativas, era diciembre, Yule estaba cerca, Yule es una de las principales fiestas dentro del Guddirgard y de la tierra, indica la llegada del invierno y del comienzo de un año nuevo.

Al pasar 7 días los hombres llegaron a las puertas del Guddirgard, sin embargo aún el reino no estaba a la vista, para que este reino se deje ver se necesita realizar un hechizo, el Apnedörn. El dios gritó y la gran isla apareció, en esta gran isla existe un gran árbol de silicio, muy gigante, que servía cómo portal entre los diferentes mundos: Iskaltgard (el mundo de los mortales), Guddirgard (el mundo de los dioses) y Dodland, el mundo de los muertos. Este gran árbol poseía una inmensa escalera llamada Stiggdur, la escalera llevaba del tronco a las ramas, y en sus ramas estaban las puertas a los diferentes mundos. Sólo los que se sabían el Apnedörn, uno de los hechizos de los pergaminos del cuervo, podían acceder a otros mundos.

El puerto de la isla era ordenado y tenía buen olor, no parecía un puerto por la limpieza de sus muelles, los hombres caminaron por el borde de aquel muelle y se dirigieron a la puerta del Guddirgard.

— esto no parece un puerto, sin duda las ninfas hacen muy bien su trabajo —exclamó Halfdan.

— lo único que le agradezco de Drottnar es que haya creado a las ninfas, son unos seres maravillosos y dedicados —respondió Harr observando las calles—

De pronto se escuchó un gran bullicio en la calle, provenía de una de las tiendas del puerto.

— ¡¿500 essirs?! ¿Una jarra fabricada por caballos civilizados 500 essirs? —refunfuñó el gigante—

— es una jarra confeccionada con cerámica campaniforme, la pintura de su superficie hace alusión a la llegada de los centauros a la isla de Morgania. —espetó el comerciante centauro.

— Agh, me la llevo a 300 —exclamó el gigante malhumorado.

— 450 —regateó el centauro—

Halfdan se adentro al comercio y observó la vasija, inmediatamente dedujo su precio, valía mucho menos que 450.

—eso vale 350 essirs, y tiene un rasguño en el mango, lo vendería a 290 —agregó Half—

— ¿y usted que se mete atlante sucio? —respondió el centauro—

—a parte de ser el hijo del dios del mar y duque de Ciudad Del caracol soy comerciante —aclaró Half y se marchó de la tienda—

El gigante sonrió y el centauro tuvo que vender la jarra a 290 essirs.

Los hombres que llegaron de la isla Atlántida caminaron hacia las puertas de Guddirgard, al adentrarse al reino de los dioses se dirigieron al castillo de Misslug, el rey de Guddirgard, quien reinaba en conjunto con Krigard, su hijo. El castillo era muy lujoso, tenía aspecto medieval europeo cómo el resto de la ciudad, Harr tocó la puerta y le abrió Krigard.

— hola Krig ¿qué tal? ¿Está tu padre?—preguntó el dios—

— Ohh, tío Harr, primo Halfdan... mi padre está en una fiesta dentro del salón, está festejando yule por anticipado... detesto a ese hombre, siempre de fiesta, siempre viviendo la vida loca y yo aquí ahogado de tareas administrativas —depostricó el muchacho de unos veinticinco años—

— dile que quiero hablar con él, asesinaron a tu tía —dijo con sequedad el dios, al pronunciar esto Half lagrimeó.

— Puta madre ¿quién fue el asesino? —preguntó Krig anonadado—

— no sabemos, necesitamos ayuda de Misslug y los demás dioses para saberlo -espetó Harr.

— estoy a tu servicio y seguro mi hermana Ettla también, por sí quieres utilizar la guerra y la justicia —pronunció con firmeza Krigard—

— sí el ansia de guerra y el ansia de justicia se juntan el resultado es una inquebrantable venganza —espetó el dios.

La Venganza Del Dios Del MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora