-Antes que nada, ¿Como hiciste eso de aparecer detras de la basura?, o ¿Es que estuviste siempre ahí?
-Todo se sabrá a su tiempo, ahora solo calla y escucha- dijo con un tono irritante pero se podía sentir un poco de preocupacion en sus expresiones faciales
-Todo lo que tú has vivido es una "mentira". Tu infancia fué normal y entretenida, como la de cualquier niño pequeño de 5 años, a escasas horas de cumplir 6 y disfrutabamos de nuestra niñez corriendo por la calle cual animales con un juguete, todo fue divertido hasta la noche en que ibas a morder la torta, cuando veo en tu cara algo de preocupación mirando hacia la penumbra, ahí entendí que en realidad era una cara de miedo, así que me escabullí entre la gente y fuí al lado menos iluminado de la casa, aún tieniendo miedo, la intriga y el misterio me envolvian como a cualquier niño pequeño, de repente sin darme cuenta, ya no podía ver nada ni adelante ni atrás, el miedo me invadía en medio de la penumbra, hasta que escuché unos gritos, "Sara, ¿Donde estas? Te perdiste la torta" esas palabras me aliviaron e intente seguirla para encontrar la salida de tan obscuro lugar, pero apenas intente regresar por donde vine, una cara estaba a escasos metros de mi, eras tú, que me hizo caer del susto con un pre-infarto. Te miraba asustada pero al ver esa sonrisa de oreja a oreja que tranquilizaba a cualquiera incluso en los peores momentos, mis miedos desaparecieron y un mar de carcajadas nos invadió a ambos. Las risas no duraron muchos al sentir un grito desgarrador, algo anormal y terrorífico que erizaba hasta al más valiente. Freneticamente nuestros rostros giraron hacia donde provenía aquel escalofriante grito, para llevarnos la sorpresa de ver unos ojos rojos como la sangre flotando en la penumbra. Al instante el aire que nos invadía se tornó denso y frío, casi al punto de hacerme desmayar del miedo. Apesar del estado de shock en el que me encontraba, tu cara demostraba motivación y exaltacion ante aquellos profundos ojos, y de la nada empezaste a gritar sin miedo alguno "Oye criatura, no te atrevas a hacerle daño a la gente de la fiesta menos a Sara" y en un abrir y cerrar de ojos, aquellas esferas rojas voladoras estaban frente a mi, con sombra en forma de cuchilla lenvantada con objetivo a mi pecho, yo solo cerré mis ojos con la mentalidad de que mi muerte estaba a escasos metros de mi. No quería abrir los ojos, pero sabía que debía hacerlo, ya que se sintió el sonido de la cuchilla atravesando algo, pero curiosamente no era a mi a quien habia atravesado la cuchilla... Era a ti Sam, esa criatura de ojos profundamente rojos tenía una especie de cuchilla de sombras que atravesaba tu torso cada vez más liberando charcos de sangre a nuestro alrededor. La escena era terrorífica pero por alguna razón tu sonrisa no salía de tu rostro y alcance a escuchar palabras de tus labios, decias "tranquila, mientras estes bien yo lo estaré" y tras decir esas palabras una luz blanca como la nieve lo iluminó todo ahuyentando al monstruo y dejaba un aire de paz y tranquilidad, aunque de mi mente no podía sacar la imagen de tu torso lleno de sangre siendo atravesado por esa criatura de la noche. Al cabo de unos minutos la luz se fue y una persona de mi misma estatura, con un cabello blanco y ondulado, se arrodilló ante ti poniendo sus manos en tus cortes y de un momento a otro la herida se fue cerrando y la sangre de tu camisa se desvanecía junto con el misterioso tipo de cabellos blancos como la nieve. Yo senti como una mano tocaba mi hombro y un miedo erizó mi piel por dentro, aquel hombre misterioso se postró detras mio y me dijo "Lo siento por lo que viste, pero pronto no tendrás recuerdo alguno de lo que pasó" y yo asustada pero ansiosa le dije mirandolo a los ojos "Yo no quiero olvidar. Quiero proteger a mis seres queridos" y dicho esto el me sonrie y me toma de los hombros transportandome a una habitacion blanca entera en la cual mantuve un forzoso y arriesgado entrenamiento.
-Wow, es una historia conmovedora... Aún no puedo creer todo lo que dices, mi mente está muy revuelta
Ella me miraba preocupada pero con una sonrisa que irradiaba luz. Al finalizar su relato se bajo del bote de basura e inesperadamente envolvió sus brazos en mi.
-Te extrañe mucho, idiota- dijo entre sollozos y soltando lágrimas.
Su voz era dulce y muy tierna, no pude evitar abrazarla y sentir pena ante la escena, aunque no quitaba el hecho de que mi mente aún intentaba procesar los acontecimientos relatados por aquella dulce chica que descansaba en mis hombros dejando su suave cabellera en contacto con mi mejilla. Al notar esto me sonroje y aparte un poco.
-¿Sabes? Aún no me queda muy claro quien soy ni de donde vengo. Pero tu mirada irradia pureza y sé que dices la verdad... Dime... ¿Dónde estuviste tanto tiempo?- Dije mirandola a los ojos fijamente
-Eso no te lo puedo decir hasta que él me autorice.
-¿Quién tiene que...
Alcance a decir hasta que sentí un fuerte viento golpeando mi espalda haciendo que perdiera el equilibrio y dejandome caer en el piso. En seguida dirigí mi mirada hacia atrás. Delante mio se encontraba un tipo de estatura mediana que facilmente me llegaría a los hombros o menos, de ojos azules profundos y obscuros, de cabello ondulado de color blanco y una piel muy palida como la nieve. Al instante entendí que aquel chico era el mismo que Sara describió en su historia por lo que le daba mucha mas credibilidad y llenaba mi cabeza con mas dudas sin resolver.
-Yo te explicare todo Sam- Dijo con una voz aguda pero se notaba que era seria.
-¿Quién eres tú?, ¿Lo conoces Sara?- Dije mirando a ambas personas que me miraban seriamente como si yo fuera lo más importante en el mundo.
-Todos tus dudas serán respondidas más adelante, ahora necesito que me acompañes.
-No estoy seguro, te "conosco" de hace escasos minutos y planeas que me vaya contigo a quien sabe que lugar. Almenos dime tu nombre.
-Me llamo... Mike.
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