One Shots juego de tronos

Tywin Lannister

Como la hermana menor de Baratheon y la única mujer en la familia, se te consideraba "el bebé".

Tus tres hermanos trabajaron para consentirte, mientras asustaban a los posibles pretendientes porque ya tenían todos los altos rangos que necesitaban: Robert era el Gobernante de los Siete Reinos.

De hecho, Robert te mantuvo cerca. Te mantuvo en Desembarco del Rey, viviendo en el castillo, protegido como un tesoro. De hecho, había causado algunas disputas entre Stannis, Robert y Renley. Todos querían codiciarte de alguna manera.

Y era profundamente molesto. No eras una princesa de cuento de hadas que necesitaba ser protegida. No eras una flor a la que había que ayudar a florecer. Eras un ser humano, de muy noble cuna, pero por ser mujer, se te consideraba una ciudadana de segunda clase.

Solo había dos personas en todo este castillo que parecían darse cuenta del potencial que tenías, el verdadero tú detrás de la piel del "sexo más justo". El primero fue Tyrion Lannister. El hombre al que muchos llamaban el diablillo en broma, pero que habías llegado a conocerlo a lo largo de los años. Era más que el vino y los burdeles. Era extremadamente inteligente. Y, en general, parecía ser un apoyo, alguien en quien podías confiar, a pesar de que todavía ocasionalmente te coqueteaba, intentaba proponerte, atrevidamente. Siempre te reías, y él también lo haría, tomando amablemente tu rechazo.

La otra persona era el patriarca de la familia Lannister, Tywin. El caballero mayor con el brillo acerado en los ojos. El verdadero poder en Desembarco del Rey ya que tu hermano, por mucho que lo adoraras, siempre estaba demasiado ocupado con la bebida y las putas. Como un Tyrion más amable, más gordo y menos inteligente, en realidad. Pero Tywin parecía crecer con el poder, convertirse en una persona más grande con él, usarlo en secreto y usarlo bien.

Estabas esperando a Tywin ahora, escuchando que se suponía que vendría de visita pronto. Te quedaste atrás en el castillo mientras tu hermano, sus hijos, Tyrion y Jaime fueron al norte a Winterfell para recoger a Ned Stark. Robert te había suplicado que vinieras, pero fingiste una enfermedad para salir de ella, por muy hermoso que fuera el Norte. Tenías antojo de Tywin. Él no era la figura paterna para ti que todos parecían pensar que era. Cuando fuiste a su estudio, no fue por un consejo. Fue por algo que nadie, especialmente tus hermanos perros guardianes, aprobaría.

Gracias a Dios que tu relación con Tyrion te había permitido hablar con algunas de las prostitutas a las que había entrado y salido a escondidas durante la noche. Te dieron algunos consejos muy importantes que no revelaron la relación oculta. No hubo embarazos para ti, gracias a los Dioses Antiguos por ese. Lo más probable es que te envíen a algún tipo de casa de mujeres para que te enderecen y vuelvan a ser buenas si lo supieran.

Pero ellos no sabían.

El secreto de que el sigilo dorado de Baratheon y el carmesí de Lannister se estaban mezclando quedó entre tú y Tyrion. El hombre tenía la edad suficiente para ser tu padre. Tal vez incluso lo suficientemente mayor como para ser tu abuelo. Pero la energía que tenía el hombre, oh chico. Y la forma en que esos ojos azules siempre te miraban, te hacía temblar de placer.

Esperaste junto a la ventana de tu dormitorio que daba a la ciudad. Se podía ver el mundo desde allí. Mira a la gente pasar en sus asuntos diarios, no sus rostros ya que estabas muy por encima de ellos, sino sus pequeñas figuras. Los reconociste por el color y la forma. Deseabas poder estar lo suficientemente cerca para oler el pan del panadero o escuchar al herrero, pero, por desgracia, te sentías un poco como un pájaro en una jaula dorada aquí arriba. Estabas buscando el metal oscuro. Por el brillo de la luz del sol sobre él. Tywin no vendría sin un ejército a su alrededor. Cada momento era parte de tiempos inciertos. Así como siempre te acostaste con un guardia fuera de tu puerta, aunque era uno que guardaba tus secretos. te fue leal. No diría de las veces que te escabulliste en medio de la noche.