Mi verdad

|1| Alegría

Alegría

-Heiji -

Sus pasos eran rápidos y constantes, no le importaba dejar a Kazuha atrás, quería llegar rápido a la estación así atropellara a varias personas en el proceso. 

Pedía perdón de anticipado. 

-¡¡Heiji!! – la voz de Kazuha lo estaba empezando a irritar, porque enserio, él quería salir de su casa a las 7, para llegar a la 7:15 y recoger de la estación a Conan y así disfrutar más el día con él, pero la muy tonta de su autonombrada amiga de la infancia se había colado en su plan con la excusa de que ella también quería ir a ver a su amiga y lo peor era que todavía se demoraba, debió seguir su impulso e irse solo.

- Kazuha, por el amor al okonomiyaki, si caminas más rápido – se quejo mientras volteaba a ver a la susodicha quien lo veía enojada. 

Era él quien debía estar enojado, era el colmo, ya no había respeto por aquí.

- Te podrías calmar tu Aho – le reclamo Kazuha mientras lo sujetaba del brazo – Entiendo que quieras llevarlos otra vez de paseo y que estés emocionado, pero ¿No crees que exageras un poco? – sabía que sus intenciones se notarían, era hora de sacar el arma secreta

- La único exagerado aquí son tus horas de dormir  – punto por haber evadido el tema, el orgullo es capaz de todo le dijeron

- ¡Tonto! – y salió corriendo, gracias a los dioses por conocer a su amiga, sabía que cuando jugabas con su orgullo era capaz de olvidarse de lo demás – No te demores Heiji –

Así después, con una demora de 10 minutos al fin llegaron a la estación donde vieron a sus invitados entre las bancas del mismo lugar.

-¡Ran-chan! – grito su acompañante dando saltitos y corriendo a alcanzar a la castaña quien también estaba feliz de ver a su amiga y así entre ellas juntarse en un abrazo

- Kazuha-chan, que gusto verte – la sonrisa de la karateca ilumino el ambiente como solo ella podía hacerlo – También es un gusto Hattori-kun – menciono la chica recibiendo una sonrisa y un asentimiento del muchacho que de forma discreta buscaba al pequeño de ojos azules

- Tardaron mucho, mocosos – sí, también había venido el señor Mouri

- Lo sentimos, pero tuvimos algunos inconvenientes – hablo el moreno yendo hacia su amiga, para luego recargarse sobre ella y pasar una mano sobre sus hombros – cierto Kazuha – adoraba molestarla, aunque un cierto escalofrió le recorrió al sentir una mirada en su espalda queriendo matarlo lenta y dolorosamente y no era de su amiga

- Cállate Heiji – murmuro bajo la muchacha para luego volver a sonreír – ¿Les ayudamos con las maletas hasta el hotel? –

- ¿No es una molestia? – pregunto la castaña 

- Claro que no – replico la de Osaka cogiendo entre sus manos las maletas – ¿Cierto Heiji? -

- Cierto – contesto el moreno – ¿Pero donde esta Conan-kun? – hablo el moreno en voz burlona, no sabía por qué hasta ahora el pequeño no hacia acto de presencia, pero más tarde lo resolvería.

- Heiji-niichan – grito una pequeña voz que rápidamente vino corriendo hacia él y aunque no asegura nada, por un momento pudo ver su mirada asesina especialmente dirigida a su persona – Que bueno verte -

- Hola Conan-kun – exclamo feliz para luego alzar en brazos al mini detective quien se abrazó a él sin pensarlo, cuanto extraño el olor a menta y cítricos que desprendía el menor – también te extrañe pequeño – mencionó mientras soltaba un suave suspiro