FɴᴀF X Rᴇᴀᴅᴇʀ Oɴᴇ Sʜᴏᴛs

[♡]Michael Afton X Reader

Michael Afton, un electricista común que trabajaba en un local abandonado, era un chico al que le encantaba escribir y dibujar en sus tiempos libres. ¿Le encantaría tener un romance? Relativamente no, pero le gustaría experimentar esa "sensación" de estar enamorado, tal vez para olvidar lo extraña e incoherente que era su vida.

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Eran las 17:34 de la tarde en el local de Sister Location, donde me encontraba para iniciar mis tareas habituales. Afortunadamente, hoy era viernes; me encantaban los viernes, y eso me animaba a terminar rápido mi trabajo.

Comencé mis tareas revisando al animatrónico principal, Circus Baby. Sentía una especie de seguridad en el local cuando la veía.

─Otra vez nos vemos, Circus Baby. Veo que nuevamente necesitas que alguien te revise, ¿no?" ─ pregunté al animatrónico, pero no recibí respuesta alguna ─.

─Está claro que estás apagada y tampoco es que tengas una inteligencia tan superior a la de un humano para responder por tu cuenta, diría... Qué tonto soy al preguntarle a algo no vivo nuevamente, Michael. ─ regresé a mi labor y comencé a revisar si tenía algún problema en sus partes mecánicas. Como siempre, el animatrónico se encontraba intacto y como nuevo ─.

─Parece que no tengo nada para ayudarte hoy, Circus Baby. Me tendré que retirar temprano, así que nos veremos la próxima semana. ¡Adiós! ─Me retiré de la habitación donde se encontraba Baby para volver a mi casa. Fue un día fácil y me encantaría quizás ir a otro lado, pero cuando ya estaba en la salida del establecimiento, escuché ruidos. ¿Serían de un animal o de un criminal que quisiera robarme?─.

─¿Alguien se encuentra por ahí? ─ pregunté hacia donde provenían los ruidos, pero no recibí respuesta, solo más ruidos fuertes ─.

─No me queda de otra que verificar quién se encuentra ahí. No quiero que alguien me despida por esto  ─pensé mientras me dirigía hacia la parte trasera del local, cerca de las botargas de basura. Afortunadamente, era solo un mapache que buscaba comida ─.

─Solo era un mapache pequeño, qué suerte la mía.  ─suspiré aliviado y lo aparté para que no robara más comida ─.

Me retiré y volví a mi hogar. Vi por unos minutos unas personas que introducían muebles a una casa que estaba en venta. ¿Alguien nuevo quería vivir en estos lados? Eso era una sorpresa. Quisiera poder saludarlo, pero mi cuerpo ansía descansar. ¿De qué? No podría decirlo, porque yo tampoco tendría una respuesta.

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A la mañana siguiente, a las 10:23, me despertó para iniciar un nuevo día soleado en un sábado. Bueno, eso pensaría yo, pero la verdad era que ese sábado era horrible. Las lluvias eran fuertes y la humedad era un horror. Siempre intentaba ver lo positivo de algo, pero esto ya era pasarse. Escuché unos golpes en la puerta principal. ¿El mapache me habrá seguido en esta lluvia? Qué estúpido sería eso. Me levanté con un pijama puesto y fui a ver quién era en la puerta.