I

1 0 0
                                    


Desde que he sido pequeña solo me ha atraído una sola persona, pero siempre me dio algo de miedo la idea de decírselo, no quería que se burlara.

- No todos los niños son buenos, pueden reirse de tus sentimientos con sus amigos.- explicaba mi madre a una pequeña Khaterin de seis años.

- Si un chico te pide salir le dices que aún eres pequeña y que no tienes mi permiso.- comentó mi padre con un semblante serió pero un tono algo juguetón.

Mi primera declaración de amor la recibí a los siete años, en 2do grado de primaria.

- ¿Recuerdas cuando nos conocimos?.- cuestionó un pequeño Johnnatan.

Por supuesto que lo hacía, estábamos en jardín de niños, ambos teníamos cinco años. Yo asistía a una escuela de ballet así que mis compañeras me pidieron que les enseñara como levantaba mi pierna hasta tenerla al lado de mi cabeza.

Él estaba lejos jugando con otros niños, cuando me vio se acercó y me empujó, obviamente caí al suelo golpeando mi pecho y mi frente, pero no lloré, al contrario, corrí detrás de él hasta alcanzarlo y patearle la rodilla.

- Ese día te hice caer porque me parecías muy linda y quería llamar tu atención.- explicó tratando de justificar sus acciones en el pasado.- Yo... quería saber...- hizo una pausa tratando de leer mi rostro que esta el momento mostraba cero emociones.-...¿Te gustaría ser mi novia?-

-No.- respondí seca para marcharme del lugar.

Desde pequeña me han halagado por mi belleza y buenos modales, lo que ha provocado que las madres de mis amigos hagan bromas sobre quien de sus hijos iba a terminar siendo mi novio cuando crezcamos aunque sinceramente solo los veía como amigos. Debido a esto otras compañeras hacían comentarios despectivos sobre mi y mi apariencia, resaltando su envidia y baja autoestima.

Desde 1er grado hasta 5to había una chica en especial que me golpeaba o constantemente estaba jalando mi cabello porque simplemente le caía mal y no entendía porqué jugaban conmigo y no o ella.

Mmm huele a envidia.

Fue cuando tenía 11 años que ingresó un nuevo compañero a nuestro salón, aparentemente venía de otra logar de nuestro país, lo notabas en su asento al hablar.

Su nombre era Judas, me agradaba ya que teníamos un humor similar y algunos gustos en común así que entró en mi grupo de amigos en la escuela.

Pero tal y como su nombre, traicionó mi confianza y se robó un poco de mi alma.

Un día le había pedido permiso a la maestra para ir al baño, cuando volvía de este él se aproximó por detrás apretando mi trasero. Como todos estaban en clases nadie lo había visto así que prefería no decir nada pensando que nadie iba a creerme, puesto que todos lo querían. Lo que no sabía es que solo era el comienzo de lo que me esperaba.

- ¿Por qué tardaste tanto? Hasta Judas volvió antes que tu.- interrogó Sucy logrando ponerme nerviosa.

- No me salía la pis.- contesté lo primero que se me ocurrió.

- Oigan, quería contarles que estoy saliendo con un chico, se llama Jay, tiene nuestra edad.- contó Lila notablemente emocionada.- Vamos a ir a tomar un helado este fin de semana, él va a llevar a llevar un amigo así que...-hizo suspenso.- ¿Quien quiere acompañarme?.

Sucy y Lina negaron, diciendo que ya tenían compromisos con sus familias. Al notar la cara de decepción de Lila le dije que yo no tenía nada que hacer.

- Solo necesito pedirle permiso a mi papá, pero como eres tu seguro no tiene problema.- le sonreí para animarla.

El resto de la clase se pasó hablandome de él y de cómo se conocieron, me enseñó fotos de él, etc. etc.

Could Had it AllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora