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Bueno por dónde empezar, me llamo Emily Roberts, tengo 17 años y vivo en una familia bastante "conservadora" se podría decir, mi mamá es una ama de casa que quiere que todo sea perfecto, hasta nuestra rota familia. Mi padre es un solicitado y reconocido abogado, que nunca estuvo presente en mi vida, le es infiel a mi mamá desde que tengo memoria, lo único que importa en nuestra familia es ser y lucir perfecto.
Pero bueno, no soy tan distinta a ellos, están "locos" trabajan para un famoso mafioso, ellos están encargados de por así decirlo limpiar gente, mejor dicho los matan, empezó desde que tengo como unos 5 años, eso despertó una nueva necesidad en mi, una nueva curiosidad, la curiosidad de matar a alguien, de sentir su caliente sangre en mi cuerpo, en mis manos y cara. Debo admitir que fue demaciado fácil esto de desinfectar el mundo, así me gustaba llamarlo ya que suelen ser personas bastante asquerosas o malhumoradas, empeze con esta mierda cuando tenía 7 y nunca nadie sospecho de una pequeña y tierna niña, está que cumplí los 17 y todo cambio.

 Debo admitir que fue demaciado fácil esto de desinfectar el mundo, así me gustaba llamarlo ya que suelen ser personas bastante asquerosas o malhumoradas, empeze con esta mierda cuando tenía 7 y nunca nadie sospecho de una pequeña y tierna niña, e...

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Pov's Emily :

Era un lunes por la mañana, me levanté a las 8 AM, ordene mi habitación, baje a desayunar y me fui al gimnasio, a las 10:30 sali y fui a mi casa a bañarme y prepárame para el colegio, me puse mi uniforme que consistía en una camisa blanca de manga largas con los tres primeros botones desprendidos, una corbata de color gris que hacía juego con la pollera tableada, unas medias blancas con una línea negra hasta un poco más abajo de la rodilla y unos zapatos negros recién lustrados con un pequeño moño también negro, en cuanto a mi cabello es rubio muy claro y siempre lo usaba con una diadema de color negro aterciopelada y en mi cara solo tenía correctos en las ojeras y en un maldito grano que me salió ayer, un poco de rimel y glos rojo sabor a frutilla, juro que es la mierda más rica del mundo, después de una hora mi padre mando a la chica que se encarga de mi desde que soy un bebé a decirme algo.

Mari: Señorita Emily  *pude escuchar como golpeó despacio la puerta de mi habitación y fui rápidamente a abrirle*  hola mi niña, cómo estás ? estás hermosa nena  *me dijo con una gran sonrisa, ella era lo único que yo consideraba una familia*

Emily: Holaa Mari, yo muy bien y usted ?  *dije soltando una pequeña sonrisa*  muchas gracias, que paso ?  *le pregunté ya que era raro que ella golpeara mi puerta*

Mari: Yo muy bien señorita muchas gracias por preguntar, su padre me mandó a avisarle que hoy el no podrá llevarla, la llevaré el chófer pero yo la dejaré tomarse un Uber solo si usted promete no decir nada  *susurro Mari casi como si me pudiera leer la mante, ya que odiaba llegar a mi colegio en un una maldita limusina, no era mejor una bici o una moto ? no, una maldita limusina*

Emily: ay dios sii, juro que me leiste la mante te quiero mucho mari  *la abrace y ella solo sonrió y se fue, así que aproveche para llamar a mi Uber después de estar llamando unos 15 minutos me dijieron que todos los autos están ocupados o que las lines están colapsadas, no se cómo mierda termine pidiendo un spree, lo pedí una hora y media antes ya que el servicio de los spree puede ser una mierda y
llevar a más de una persona, me avisaron que iba a pasar eso en mi viaje. Al ver que mi spree ya estaba en la dirección que le di salí corriendo no sin antes saludar a Mari, corri dos cuadras hasta ver a un auto con la misma matrícula que aprecia en la pantalla de mi móvil*

𝗦𝗽𝗿𝗲𝗲 | Kurt Kunkle y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora