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Changbin salió del hospital un sábado por la mañana, acompañado por un entusiasta Hyunjin, quien lo llevó a una panadería cercana a comprarle cualquier pan que se le antojara con la única intención de no verlo triste al darse cuenta que Lee Minho no estaba por ningún lado.
Y es que Seo aún estaba esperando que dicho pelinaranja llegara por él, pidiéndole disculpas para que regresen a casa juntos. Pero no, Minho no apareció, ni siquiera cuando Changbin entró a su casa se pudo encontrar con Lee.
La casa estaba tal y como la recordaba, igual de desordenada como la dejó antes de dar una larga visita al hospital. Viéndose solitaria.
Hyunjin le prometió a Changbin estar con él una vez acabara su turno en aquella cafetería que ahora era su lugar de trabajo. Y es que Hwang había comenzado a trabajar en esa cafetería hace poco gracias a que notó, por pura suerte, que a los empleados solían darles buenos descuentos en café. Supo de inmediato que Seo estaría más que contento.
Changbin entonces se dispuso a recoger el desastre que adornaba su pequeña casa, buscando distraerse en algo que no fueran sus pensamientos.
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Changbin pasó por Hwang al trabajo, aprovechando para pasarse un buen rato tomando café juntos, café que sabía mejor por el descuento que tenía.
-¡Ahora que saliste del hospital podemos ir a la feria!, ya estamos en diciembre y creo que tengo el dinero suficiente para que te puedas subir las veces que quieras a la montaña rusa- rió Hyunjin, tenía muchos planes que involucraban al bajito.
-También podriamos ir a cenar con mi mamá en navidad, ¡ella me contó que aprendió a hacer galletas de canela y se que te van a gustar!- no era mentira, Seo comería cualquier cosa que le ofreciera Hyunjin.
-¡Oh!, podemos hacer maratón de peliculas navideñas- Hwang era fanático de las épocas navideñas, siempre le provocaba un sentimiento cálido pensar en ellas, ese sentimiento que también aparecía cuando Changbin cruzaba su mente.
-No te pases Hyunjin, no nos va a dar tiempo de nada, tú te levantas a las 4 de la tarde baboso- carcajeó Seo al recordar que el pelirubio solía relatarle que un día de vacaciones normal para él iniciaba a las 4pm.