VIOLETA
Hoy es sábado y tengo unas grandes noticias que contar. Mi queridísima Ivy me dijo que podía ir a su casa y hablar con Oliver, su hermano, sobre el caso de Jack.Que me tiene loca, básicamente.
Cuando me invitó admito que me daba vergüenza ir y de repente hablar sobre mi crush a alguien que no es tan cercano para mi como Oliver. Ivy se encargó en decirme todo el rato que no pasaba nada.
Estaba nerviosa, así que me puse a prepararme 2 horas antes de salir de mi casa.
Me puse una falda a cuadros de color negro y blanco que colgaba unas cadenitas de ellas, un top negro que se ajustaba a la perfección a mi cuerpo y las sandalias más bonitas que vi en mi casa. Me peiné rápidamente y me hice una pequeña trenza para no pasar calor. Mi cabello no era excesivamente largo, llegaba sobre mi media espalda y es rubio. Mis ojos de café claro.
No me parecía nada fuera de lo común. Todas las veces que odié mi físico fue más por no tener ninguna cualidad que destacara entre las demás y no por otra cosa.
Suspiré por octava vez en unos cinco minutos y cuando estuve lista no sabía qué hacer. Me puse a dar vueltas en círculos por mi habitación hasta que me cansé y bajé al salón, hice lo mismo pero en un lugar diferente, dar vueltas como si fuera gilipollas.
Pero bueno, cuando me cansaba de dar vueltas en una parte de mi casa, me iba a la otra. Mi madre me miraba como si estuviera loca.
—Hija... Sabes que te quiero, ¿verdad?— Antes de que pudiera contestar, siguió hablando— Pero a veces haces cosas raras, muy raras... Y no es que te juzgue, ¿eh? ya sabes que yo te apoyo en todo lo que tu quieras pero... ehm... digo...
Solté una carcajada bastante fuerte.
Mi mamá y yo nos llevábamos así:
Ella se burlaba de mí mientras mencionaba que me quería para que no resultara demasiado ofensivo.También porque sabe que soy una dramática de mierda, ¿Qué le vamos a hacer? Soy cáncer, lloro por todo.
—Mamá, yo también te amo mucho— digo entre pequeñas risitas— tengo que irme. Nos vemos luego.
Y es que con la tontería ya se había hecho la hora en la que tenía que salir de mi casa para llegar a la de Ivy y Oliver. Nosotros no vivíamos muy lejos. Se llegaba perfectamente en 20 minutos andando, aunque la calle que tenía que cruzar no era muy fiable que digamos. Siempre que pasaba por ahí mi expresión cambiaba por una muy tensa, y más sabiendo que por ahí han habido casos de robo.
Pero bueno, por Jack todo lo vale.
(Parece mentira que tenga 18 años)
No tardé mucho en salir de casa desde aquello. Cogí una mochila y le eché lo necesario, mis llaves, el móvil, algo de dinero porque nunca se sabe que puede pasar, y por último pero no por eso menos importante:
pañuelos kleenex por si llego a llorar por mis nulas portunidades de acercarme a Jack.La ilusión que tenía al principio se va esfumando conforme voy acercándome más a la casa de mi mejor amiga.
(...)
Toco el timbre y solo espero unos segundos para que Ivy abra la puerta recibiéndome con una sonrisa.
Ella es preciosa, ¿cómo decirlo? Su pelo es largo y muy ondulado casi por la cintura, de color negro pero con algunas mechas blancas por el contorno de la cara, iluminándole más el rostro. Sus ojos son grandes y verdes y sus pestañas largas y bonitas. Tiene algunos piercings decorándole las orejas y la cara.
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GRIETAS
RomanceAbertura alargada y con muy poca separación entre sus bordes que se hace en la tierra o en un cuerpo sólido, generalmente de manera natural. "Se formó una nueva grieta en su corazón."