Un omega perteneciente a una familia aristocrática venida a menos, porque su padre alfa no ha sabido o no ha querido adaptarse a los nuevos tiempos tiene que casarse con uno de esos que llaman "nuevos ricos".
Min Yoongi, que no piensa en el matrimon...
Tras pedir disculpas por enésima vez a los inversionistas presentes en el gran salón de reuniones del banco, tras usar como pobre excusa que su retraso se debía a "problemas domésticos", y tras soportar las miradas incrédulas de los asistentes y la mirada burlona de Jungkook, Jimin se dirigió a su despacho con un humor de perros, seguido, eso sí, de su amigo chismoso que sonreía como un tonto y que, por si no fuera por tantos años de amistad, le partiría la cara.
Cerró la puerta de su despacho de mala gana esperando que esta le golpeara a Jungkook en la nariz; no hubo suerte. Éste, todo un caballero, cerró con suavidad, se sentó frente a él, se puso cómodo y lo miró.
—¿Problemas domésticos?
Y el muy desgraciado se echó a reír a carcajadas.
Jimin, que no tenía ganas de soportar sus tonterías, se sentó tras su mesa y decidió que ignorar al bufón sería lo más recomendable. Claro, que las sonoras carcajadas ayudaban muy poco.
—Para de una vez —le advirtió.
—¡Problemas domésticos! —atinó a decir Jungkook otra vez, y siguió con sus risas.
—Eso he dicho, ¿no? —respondió ya cansado de ser el blanco de sus burlas.
—Y, si puede saberse, ¿cuántos problemas domésticos tuviste exactamente?
Jimin, que sabía reconocer una derrota, se unió al enemigo y terminó por sonreír. Además, ¿por qué no estar de buen humor tras una noche intensa y una mañana gratificante?
—Más de uno —respondió enigmáticamente recostándose en su sillón.
—¡Por favor! —Jungkook se mostró falsamente indignado—. Es la primera vez que llegas tarde a una reunión, debieron ser... —Jungkook hizo una pausa para crear expectación al tiempo que arqueaba una ceja—. Muy... domésticos.
—Normal de domésticos. —Jimin continuó con su tono enigmático.
—Y... ¿no pudiste solucionarlos a tu llegada?
—Ya sabes cómo son estas cosas, nunca sabes cuándo va a surgir un imprevisto.
—Puede ser. —Jungkook lo miró divertido antes de continuar—: Debo suponer entonces que Gigi se encuentra perfectamente, sin problemas, quiero decir. Ya repuesto de los problemas... domésticos.
—Ninguno, que yo sepa.
—¿Me permites un consejo? Como experto en temas domésticos —aclaró Jungkook.
—¿Tengo alternativa?
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Yoongi siguió a la criada hasta la habitación de Taehyung. Se extrañó que su amigo aún estuviera acostado y más si eran pasadas las doce del mediodía. La criada señaló una puerta, innecesariamente, pues Yoongi conocía la casa, y llamó.
Oyó la voz de Taehyung, pero Yoongi tenía cierto reparo en entrar. No quería volver a presenciar ninguna escena íntima.
