Upside Down 1

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Hoy, mis padres se van de vacaciones, en concreto un mes y como no, nos dejan a mi y a mi hermana solas, para ser sincera mi única preocupación es no quemar la casa, ¿complicado? si, ¿imposible? tampoco.
---- ____, ven un segundo -- Me llamó mi madre desde la habitación, decidí hacerle casi y entrar a dicho lugar.
Cuando entre la vi con un sobre en el que había un número de teléfono apuntado.
---- Si pasa algo llama a tu abuela, el número esta apuntado en el sobre y dentro teneis dinero por si pasa algo o por no queréis concinar y queréis pedir comida ‐- Comentó con cierto aire cómico y una sonrisa de lado.
Yo asentí entendiendo la referencia de que nos había llamado perezosas, agarré el sobre y lo guarde en un cajón de mi armario.

Me adentré al salón, y me encontre a mi hermana viendo mi serie favorita Stranger Things.

---- Paula se que estas viendo una de las mejores series del mundo, pero mamá y papá se van,  deberiamos despedirnos -- Dije sin apartar la vista de la pantalla, disfrutando un poco las escenas que anteriormente ya había visto.

---- Pufff-- Resopló poniendo mala cara -- Ya voy, espera --
Resignada sujetó el mando para parar la serie y fue corriendo a despedirse.

---- Espero que traigais un recuerdo, solo por el hecho de tener que agunatar a la pesada esta -- Comentó señalandome con su pulgar sin tan si quiera cambiar su expresión de dormida.

Mis padres se rieron, pero yo solo la mire con odio, nos dieron un beso a cada una y abrieron la puerta para salir de nuestro hogar. Cuando salieron por la puerta fuimos corriendo al balcón para despedirnos de ellos, al no ver ya más el coche, mi hermana solo me miró y de sus labios salió lo que más me puedo esperar de ella.
----¿Pedimos un kebab? -- No me dejo responderle ya que ni termino la pregunta y ya estaba con el móvil entre sus manos, marcando el número del establecimiento.

Después de un rato el teléfono comenzo a sonar, supuse que era el del kebab estaba tardando mucho supongo que avisaría de un retraso, fui corriendo a descolgar el teléfono, ya que mi hermana no se levanta ni para ir al baño.

---- Hola -- Saludé, pero desde el otro lado no se escuchaba a nadie...solo sonidos extraños, como de respiraciones o pequeños golpes que se escuchaban a lo lejos.
---- ¿Quien es? -- Volví a preguntar con la idea de que habría algún problema con la llamada, cada vez se escuchaban más sonidos extraños, me lo aparte de la oreja y lo mire extrañada ¿estaría habiendo un fallo de cobertura?, y de la nada se corto la llamada.

Volví mirar el telefono extrañada y algo asustada, derrepente sonó el timbre y esto hizo que pegara un brinco.

---- Joder -- Me quejé, Paula se empezó a reir

---- Miedica es solo el del kebab. -- Abrí la puerta para recibir el pedido.
                            -x-
Eran ya las cinco de la tarde y estabamos esperando a que Paula terminase de arreglarse, habíamos quedado con nuestros amigos y conseguimos quedar todos, cosa que habitualmente es muy difícil, mi teléfono sonó, indicándome que tenía un mensaje, desbloquee el móvil para responderle a Lala.

Mascota de compañía (Lala)
Bajad ya, Brais y Fati nos esperan allí.
                                            Yo
                                  Ya vamos

Cuando llegamos abajo fuimos directas al coche de Lala donde ya estaba ella y Maika.
---- Chicas tengo flish, flish ¿queréis? -- todas asentimos a la vez, ya que hacía calor.

---- Hace un calor horrible -- Dijo maika resoplando, ella es muy pálida por lo que se estaba echando crema hidratante, gracias a como la madre de Lala picaba a Lala y los nuevos cotilleos de maika el camino se nos hizo corto al fin.

Llegamos al famoso monte, que últimamente se había puesto de moda, al salir del coche vimos a un Brais con cara de asco y a Fati comiendose unas croquetas.

----Ya es la quinta araña que se me posa encima desde que estoy aquí -- Comentó Brais asqueado.
----¿Queréis croquetas chicas? -- dijo Fati.
---- Si, pero solo un cachito, gracias -- Aceptó Maika, en cambio Lala y Paula le arrebataron el taper y se pusieron a comer.

---- Espero que no haya muchas arañas aquí, porque os juro que me voy. -- Soltó Brais como dato.

---- No te van comer -- Le respondió Lala

---- Eso diselo a la avispa que tienes encima -- Lala cambio su rostro totalmente y empezó a correr como loca intentando  apartar con sus manos la supuesta avispa de sus cabellos naranjas.

Maika, Paula y Fati seguían comiendo las croquetas mientras yo observaba la situación.
                             -x-
Llevamos media hora caminando por el bosque, la madre de Lala, los de Brais y Fátima vendrían a las 9 por nosotros, así que nos teníamos que dar prisa.

---- ¿Cuánto llevamos? Parece una maratón.
---- Llevamos solo media hora -- Comentó Lala quien iba con auriculares, Paula y Brais iban delante, claramente se escuchaba como Brais se quejaba de los bichos, estos y los niños no eran su fuerte.

Mientras Maika me estaba contando como fue su semana, mi cuerpo sintió un escalofrio y paré en seco, giré mi rostro y vi una casa  abandonada, la madera estaba podrida y la pintura destrozada, soltaba como un aura azulada, supongo que del tiempo que lleva es casa ahí, varias plantas habían crecido tanto fuera como en el interior de la casa, la puerta de en medio tenía una glorieta en cuadrada con una figura como una rosa.

---- ¿ ___ estas bien?, Estas toda pálida -- Me preguntó Maika preocupada.

---- Oye chicos, ¿podemos entrar allí? -- Solté sin pensar.

---- ¿ Una casa abandona y medios destruida ? obviamente que vamos a entrar -- Comentó Lala con una sonrisa observando la casa.
Los demás estaban de acuerdo y decidimos entrar.

Era alucinante todo era antiguo y a la casa no le faltaba nada, pero lo que estaba siendo una experiencia única se convertio en una locura.

Una araña se posó en el hombro de Brais y este del susto, empujó a Lala, esto hizo que resbalaba y por el choque cayera Paula también al suelo, cuando la araña ya se fue del brazo de Brais se quedó quieto, la madera empezó a crujir.

---- No os movais -- Dijo Mayka rn un susurro para que no tentaramos a la suerte.

Pero, aún sin movernos el crujido de la madera se hacía más fuerte, observamos que se estaba quebrantado el suelo por lo que, el pánico nos poseyó e intentamos levantarnos y salir corriendo, pero...

Todos caímos y la oscuridad de apoderó de nosotros.

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