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El edificio de Hybe seguía pareciendo tan titánico como el último día que pasé allí hacía ya más de dos años. Me sudaban las manos como en mi primera entrevista, de hecho una gran parte de mí no se podía creer que estuviera ahí de nuevo. Llegábamos tarde porque Jimin se había dejado su móvil en mi casa y tuvimos que dar la vuelta, llegar tarde a todo era su especialidad y yo lo sabía muy bien. Él se bajó del taxi antes que yo y entramos totalmente separados y si yo volvía a trabajar allí esta sería la nueva dinámica, actuar como si nada hubiera pasado entre nosotros. Desde luego iba a ser un reto.

Algunos miembros del staff se sorprendieron gratamente de verme, supongo que pensaron que solo estaba de visita, a mí me alegró verlos a todos y les saludé enérgicamente, a parte de a los chicos, también les había echado mucho de menos a los demás. "No me digas que vas a volver." Me dijo Lia, la chica de recepción. Yo sacudí mi cabeza porque aún no conocía la respuesta, aún había posibilidades de que el jefe me diera la negativa.

Ya a las puertas de la sala de juntas le deseé suerte a Jimin sintiendo un gran nudo en mi garganta, creo que él también estaba un poco asustado.

—Cuando acabe la reunión dile al jefe que estoy aquí fuera para hablar con él. —Dije con mi mano apoyada en su hombro. —Tranquilo, estoy segura de que no será tan malo.

—¿Es que no vas a darme un beso de buena suerte? —Susurró.

—¡Jimin! —Exclamé tratando de mantener mi voz lo más baja posible.

—Tch, tch, tch. —Movía su cabeza a modo de desaprobación. —Ya hablaremos en casa de lo desobediente que eres con tu jefe.

—Todavía no eres mi jefe.

—Todavía.

No estaba convencida. No estaba segura de si sería lo mejor. Pero sabía que la agenda de BTS volvería a estar cerrada en un mes y sería imposible poder verle. De alguna manera tenía todo el sentido del mundo que si volviera lo hiciera por él.

Ni siquiera sabía qué estaban hablando dentro, no podía hacerme ni una ligera idea, pero si a Jimin le caía una bronca por disfrutar de su tiempo libre iba a enfadarme mucho, si le montaban un espectáculo por algo así qué pasaría si un día nos pillaran. Sería un escándalo para los dos, pero él seguiría siendo Jimin. Sería yo la que tendría que volverme a casa, y muy seguramente a mi país. Sería un auténtico desastre... ¿Cómo íbamos a poder mantener en secreto algo tan fuerte? Por muy discreto que fueran todos, también éramos muy evidentes.

Eché otra ojeada al reloj, ya había pasado más de una hora. No estaba nerviosa por mí, lo estaba por él. O aterrada. Las pocas veces que tuve la desgracia de ver a Jimin sufriendo habría albergado todo su dolor en mi pecho para que él no tuviera que pasarlo mal. No podía ni imaginarme cómo sería la situación ahora, con lo diferente que se había vuelto todo, pero era probable que terminara gritándole a Bang PD si algo malo le ocurría.

Al final la puerta se desentornó un poco y todo el aire se colapsó en mi pecho. El primero en salir fue Taehyung, que arqueó una ceja nada más verme ahí. Salieron todos, todos menos Jimin. Me rodearon y creí o haber visto la cara de Yoongi más iluminada en mi vida.

—¿Por qué estás aquí? —Me preguntó Taehyung con su tono de voz impasible. —¿Has venido a acompañarle?

—Jamás pensé que viviría el día en el que volviera a verte aquí. —Dijo Yoongi abriéndose paso entre los demás para acercarse a mí. —¿Vas a volver?

—Solo voy a hablar con el jefe.

—No creo que sea el mejor día para eso. —Murmuraba Taehyung.

7 DATES: JIMIN (BTS) *FINALIZADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora