El corazón es muy fuerte y valiente siempre y cuando lo cuidemos con mucha delicadeza y atención. Sin embargo, he aquí algo que lo debilita si nosotros, unos tontos ilusionados, lo decuidamos; el amor. Algo que puede construirnos, y a la vez, destruirnos, depende de la situación. Este en su momento de gloria, puede ser lo más dulce y hermoso que haya, y nosotros, como unos locos enamorados y cegados por este astuto, con el paso del tiempo no nos damos cuenta que puede dañar a nuestro corazón, y por lo tanto, a nosotros mismos. Oh, que cegados que somos, nos dejamos llevar por cualquier momento bonito, que nos olvidamos por completo del cuidado de nuestro pobrecillo corazón; y al final, al querer nosotros enmendar el error que cometimos, caemos en cuenta que ya es muy tarde, este ya ha sido lastimado, destruido, y está dolido. Y ahora, viene el momento en el que nos cerramos, no permitimos que alguien nos ayude. Al menos durante un tiempo, hasta que se conoce a "la persona correcta" que te ayudará a reconstruirlo, aún sin saber, que el amor es un mismo ciclo interminable, uno en el que el suceso siempre será el mismo, puede que de manera o en momentos diferentes, pero al fin y cabo, es lo mismo; un círculo sin salida.