¿Qué es lo peor que le puede ocurrir a un escritor? Perder esa inspiración que alguna vez sintió, esa emoción y pasión al escribir un nuevo poema o capítulo de su historia. Dejar de escribir para un escritor, es como una dolorosa flecha al corazón, o una horrible tortura, que te hace sufrir tan lenta y suavemente, hasta llegar al punto de ya no poder más.
Creo que moriré y sufriré, como un pequeño pajarillo atrapado en una jaula, hundiéndome en mi propia miseria, ya que, para mí, el escribir se está volviendo tedioso con el tiempo. Al parecer, estoy poco a poco perdiendo esa pasión, ese amor que alguna vez sentí, al plasmar mis versos. Estoy perdiendo esa magia, ese toque que en algún momento tuve.
Salvenme, alguien salveme, por favor.