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Lu Zhi
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—Señorita, ya llegamos. Puede bajarse. —dijo la azafata.
—Ah.. sí. Lo siento, ya me bajo. —no era raro que me muriera de sueño.
Bajé del avión y vi al chófer de mi padre con un cartel con mi nombre Lu Zhi, por lo tanto me acerqué.
Pensaba que decir o hacer al llegar. Pero no venía nada a mí cabeza.
—¿Hay alguien? —dije mientras entraba.
—Hija, ¡Estás aquí! —era mi padre. Quién se acercaba para abrazarme
—No te acerques. —hablé mientras me alejaba.
Para bien o para mal, era una persona rencorosa. Y fuera de eso, se lo merecía.
—Lo entiendo, sube a tu habitación, ya la conoces. —habló mientras retrocedía, pero tampoco se veia sorprendido por mi reacción.
Inmediatamente subí las escaleras y fui a mi cuarto, estaba todo exactamente como lo dejé. Mientras miraba todo, escuché una voz detrás mío.
—Muchos recuerdos, ¿verdad? —esa voz..
—Nana. —dije mientras volteaba
—Mi niña, ¡Cuánto tiempo! —dijo, intentando acercarse a mí.
—Lo siento. Es que.. no puedo. —hablé mientras retrocedía.
—Lo sé, se que duele y no lo has superado. Pero siempre tendrás a alguien. —dijo mientras tomaba con sus manos mi rostro. —Hice galletas de chocolate, así que si quieres baja.
Iré pronto a verte, pensé mientras miraba una foto con Feng de chicos. E inmediatamente bajé a probar esas galletas.
—Toma prueba. —dijo pasándome la bandeja. —¿Están ricas?
—Claro que sí, como siempre. —dije intentando sonreír, aunque pareció una mueca.
—¿Puedo llevar unas galletas a mi cuarto? —le pregunté.
Asintió mientras dejaba algunas en un plato para dármelas.
