Durante algún tiempo

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—childe..¿estás seguro de esto?— pregunto la chica de cabellos rubios con una expresión preocupante en el rostro 

—lumin, si pude sobrevivir en el frente durante 5 años, vivir en el campo durante algunas semanas será pan comido— le guiño el ojo mientras subía la última maleta al coche —descuida no estaré solo

—sabes que no me refiero a eso...

El pelirrojo se acertó tomándola por los hombros y se inclinó para besar su mejilla

—no te preocupes, sabes que es lo mejor— acariciaba su mejilla intentando consolarla — prometo que volveré antes de que siquiera lo notes

—siempre dices lo mismo

—esta ves va en cerio— se agachó nuevamente, la mujer se inclinó intentando besar sus labios, beso que el pelirrojo esquivo para dirigirse una vez más a su mejilla —nos vemos— luego sin decir más subió al pequeño coche negro y desapareció a un par de cuadras de distancia 

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La tranquilidad de la carretera y el colorido paisaje del campo hacían sentir algo incómodo al chico, si bien la gerra había terminado hace ya unos meses aún le costaba demaciado adaptarse a aquel estilo de vida tan despreocupado ¿Cómo se supone que alguien que vivió tantas atrocidades en batalla pueda vivir una vida tranquila como aquella? ¿Siquiera la merece? Pensar en eso también hacía que se le revolviera el estómago.

finalmente luego de un largo camino fue capaz de distinguir el techo de una casa rodeada por arboles, la sombra de los mismos creaban una bonita ambientación al lugar, como si de una especie de bosque se tratara

°°°°°
—tartaglia! amigo mío!— un chico de cabello azul y parche en el ojo se apresuró en ir a abrazar al de menor estatura —a pasado tanto tiempo, ya te daba por muerto

—ja ¿crees que es tan fácil acabar con migo?— cerraba gentilmente la puerta del coche mientras extendía los brazos a kaeya— puedo ver que tú te llevaste un recuerdo— refiriéndose a aquel parche que cubria su ojo derecho

—perder un ojo es una pequeñez comparado a otras heridas que deja ese maldito infierno— dijo con aquella ligera sonrrisa que caracterizaba tanto al moreno

—eso es cierto— kaeya noto la desmotivación de parte de childe y volteo buscando algo para cambiar el tema

—por cierto, lindo automóvil, ¿es nuevo?

—lo compré hace un par de días, es toda una belleza no lo crees? —apoyo su brazo en el techo del coche con una gran sonrisa

—ciertamente, te lo pediré prestado uno de estos días — miraba divertido el comportamiento de su amigo

—oh no no no, en tus sueños, hermano consíguete la tuya— 

el moreno dejo escapar una carcajada mientras daba palmaditas en el hombro de su contrario

—oh vamos childe, no seas así. Venga, entremos  de una ves a la casa— ambos avanzaron haciendo comentarios al respecto

Una ves dentro tanto childe como kaeya se encontraban sentados frente a un gran ventanal, ambos con una copa de vino en la mano, disfrutando del maravilloso paisaje y la compañía del otro

—¿como se encuentra tu mujer?— menciono el de parche en el ojo

—¿lumin? He...bien, aun se encuentra algo preocupada por lo de su hermano pero lo ha estado llevando mejor estas ultimas semanas

—¿aun no han sabido nada de ese niño?

—es difícil obtener información al respecto de su paradero, fueron muchos los desaparecidos que se inscribieron al ejercito sin decirle nada a sus familiares—

Capturando Recuerdos [AU Zhongchi] 1946Donde viven las historias. Descúbrelo ahora