Narrador omnisciente
Sarah y Dylan.
Dylan y Sarah.
Dos personas que se habían amado profundamente durante años, el mismo par que se encargo de construir sueños y formar una pequeña familia. Podías ver que se amaban por cómo se miraban mutuamente.
Como si no existiera nadie más en el mundo que la persona que tenían al frente.
Era curioso e intrigante saber en qué momento dejaron de verse de esa manera. Como para ellos su relación paso a ser una rutina. Tal vez empezaron con de las mentiras que rodeaban su relación. O a lo peor su relación cambio cuando su futuro no funcionaba a la manera que ambos esperaban.
Quizás fue algo más que solo ellos sabían, pero como fuera el hecho cada momento fue una gota que hizo que el vaso se fuera llenando trayéndolos a este momento.
Sarah estaba mirando hacia la ventana con los brazos cruzados, su intención era que Dylan no viera las lagrimas que bajaban por sus mejillas, pero ella sabía que eso era imposible.
Llevaban horas hablando de todo su futuro, de como había pasado de ser algo con luz la oscuridad parecía opacarlo con cada día que pasaba. Dylan se levanto y tomo la mano de Sarah para que la observara. Aquí no valía la pena decir quien había terminado la relación, pues por como habían hablado parecía que ambos lo habían decidido.
Dylan se pregunto que pasaba por la cabeza de la chica de cabello rubio que tomaba su mano. Podría concluir que Tommy, su hijo, pasaba por su mente, pero el estaría bien.
Sarah lo miro y apretó su mano con una pequeña sonrisa, ella quería darle a entender que estaba bien. Que él lo estaría también.
Tal vez en ese momento no, pero esperaba que todo mejorara. Tenía que hacerlo.