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Afuera del restaurante llovía a cántaros y Félix tenía la impresión de que no pararía de llover y tendría que dormir debajo del mostrador aquella noche porque, aunque parara de llover no tenía – o no sentía- las fuerzas para caminar de regreso a su apartamento. Se sentía cansado, tenía cerca de 12 horas de trabajar y trabajar sin descanso- pero obvio que tiene descansos porque si no sería explotación laboral-. limpiaba la isla que tenía al frente mientras esperaba a que los últimos clientes que quedaban se retiraran para poder recoger, limpiar y ordenar la mesa en la que se encontraban las personas.

Sintió su corazón palpitar cuando miró a los clientes salir del local, pero, todo su mundo paro cuando un chico con pinta de fockboy entró por la puerta del lugar y se sentó al frente de él.

-Un americano helado por favor- dijo sin siquiera saludar.

En otras circunstancias a Félix le hubiera ofendido la falta de respeto de dicho joven y no hubiera dudado de ponerlo en su lugar, pero, en vez de eso Félix asintió y se alejó a preparar el café para así terminar rápido y poder salir hacia su libertad que se encontraba fuera de la puerta de ese estúpido local.

Estuvo tan ocupado pensando en cuan satisfactorio sería lanzarse a la cama cuando el cliente se fuera y el pudiera marcharse que no le presto mucha atención al joven que se encontraba a unos metros de distancia de él.

Entrego la bebida la acomodo y le dio unos últimos retoques para que se mirara presentable y levantó la mirada encontrándose con unos ojos negros penetrantes que lo observaban con atención y duda.

- ¿Hay algo mal con su bebida señor? - Cuestiono Félix al chico que permanecía quieto cual estatua en su asiento, sin embargo, no obtuvo respuesta.

- ¿señor ¿hay algo mal en su bebida? - Pregunto otra vez Félix al ver que no obtenía respuesta con la primera pregunta.

-Lo quiero para llevar- Dijo el cliente con aires de superioridad.

En ese preciso instante Félix callo en la cuenta de que no le preguntó al cliente su quería su bebida para llevar o para tomar en el negocio, y se sintió estúpido por no preguntar algo tan básico. Últimamente no les prestaba atención a esos detalles ya que -últimamente- preguntaba las cosas en automático.

Entro en tal pánico que se puso rojo de la vergüenza y trato de quitarle la bebida al chico, lo cual ofendió al joven cliente que solo quería espabilarse para poder llegar a su casa a hacer la estúpida tarea que el viejo nalgudo -como le llamaba media universidad a el profesor de historia que por cierto no le caía bien nadie y tenía fama de rabo verde- le avía enviado por hacerle una broma un poco – muy – pesada y después exponerlo a media institución.

-le ruego que me disculpe enserió no era mi intención – imploraba Félix con miedo a que su jefe apareciera por la puerta de su habitación- porque su jefe era tan perezoso que no se le ocurrió mejor idea que hacer un mini cuartito en el local para cuando le diera pereza ir a su casa se quedaba en el local durmiendo en el cuartito que parecía más un apartamento secreto que un cuartito- y de ay el miedo.

-No importa tranquilo- Dijo el joven cliente que- otra vez- estaba avergonzado de haber avergonzado a él joven cajero - que por cierto estaba tan guapo que en ese instante se cuestionaba su heterosexualidad- que solo quería cumplir con su deber de atender bien a sus clientes.

-No por favor permítame, señor (...) - Dijo mirando a la persona que estaba al otro lado de la isla con duda.

-Hyunjin- Dijo en automático mientras alzaba una de sus manos con decisión - mi nombre es Hwang Hyunjin – aclaro tratando de sonar los más formal posible.

-Joven Hwang, seria usted tan amable de dejarme cumplir con mi trabajo y dejarme cambiarle el envase de su american freez - Dijo Félix mientras miraba la mano del chico que permanecía suspendida en el aire sin recibir atención.

-No, no importa lo tomaré aquí...- Dijo mientras encogía su mano a la posición original antes de extenderla para hacer el ridículo. Y después de auto avergonzarse decidió empeorar las cosas que ya se ponían tensas y lo peor que puedes hacerle a nuestro queridísimo Hwang Hyunjin es ponerlo en una situación tensa e incómoda.

-Dime- le salió de su boca – cu-cual es tu nombre- decía mientras trataba de cargar su cabeza en una de sus manos en un fallido intento de coqueteo que si no fuera porque Félix lo estaba atendiendo- o porque era chico- ya hubiera salido huyendo despavorido del lugar.

-oh mi nombre es Félix, lo dice mi placa- Dijo Félix alegre mientras señalaba su pecho en donde una plaquita plateada que decía Félix Adornaba el uniforme rojo que llevaba.

En ese preciso instante Hyunjin se sintió extremada mente avergonzado por no haber puesto atención a aquella placa que tenía el rubio en el pecho.

- Sabes, mejor déjalo así no importa - Dijo el peli negro vencido por la vergüenza y con el ego tan aplastado como si un tráiler le hubiera pasado por encima.

Félix rápida mente se quitó el delantal guardo el pago cambio de baso el café y salió a la calle detrás de aquel chico de pelo negro que minutos atrás avía echo una gran escena (o más bien el avía echo una gran escena) por una bebida.

Y ya que lo pensaba, la verdad es que el chico no estaba feo. Era alto y tenía unos muy carnosos labios, un pelo negro y largo que le quedaba de maravilla y una piel pálida con un lunar debajo del ojo que era envidiable.

Él tampoco estaba mal.

Al contrario del peli negro él era rubio oxigenado como acostumbraba a decirle Han su mejor amigo.

Tenía piel pálida y muchos lunares adornaban su carita asiendo que pareciera cute hasta que las personas escuchaban su voz. Casi siempre quedaban en shock al escuchar esa voz tan profunda y gruesa. Tenía la piel blanca leche y los ojos rasgados no era muy alto, pero tan poco tan bajo, pero tampoco savia con certeza cuanto media porque desde que tenia 14 le dejo de importar el tema de la altura.

Siguió buscando al joven Hyunjin hasta que lo encontró mirándolo. Cuando el de pelo negro se percató de que lo encontró mirándolo aparto su vista de golpe y pego la frente en el poste de luz.

Agradeció que el más joven no se percatara de semejante burrada porque cuando Félix logro cruzar se paró adelante del chico de pelo negro para extenderle el americano helado.

El chico miro al rubio el cual sostenía el vaso mientras la mano le temblaba de los nervios -frio- pero nuestro joven hwang se cree importante entonces digamos que lee temblaba de los nervios por tener la gran dicha de hablar con un ser super poderoso como él.

-Deberías vivir tu vida Félix- ¿de dónde le salió eso? No sé ¿Por qué dijo eso? Para acabar con la super vergüenza que tenia en ese momento gracias a que ya sentía su frente hincharse y digamos que pensar en un cuerno de unicornio pegado a su frente no lo tranquilizó demasiado.

Dijo Hyunjin después de poner una mano en el hombro del menor – porque, aunque parezca nuestro Hwang Hyunjin no es estúpido- entonces recurrió a un método para que más pequeño no se percatara de su creciente frente- que calculo yo dentro de unos 5 minutos ya debería ser un cuerno de rinoceronte mas que el de un unicornio-. 






editada 

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