Talamara estaba apoyada en una roca cerca de la costa, desde esa roca se podía ver perfectamente el campus de la Academia Elitia, allí asistían, la gente más VIP del reino de Westalia, hijos de reyes y duques famosos asistían a esa academia, también asistían aprendices de guerreros y magos con gran talento, allí se aprendía a hacer de todo, quien saliera de esa Academia tenia la vida solucionada, pero lo que más le interesaba a Talamara eran los humanos, sus costumbres y su forma de actuar, para esta joven sirena que ha vivido toda su vida en el mar los humanos eran muy interesantes, y siempre parecía que se divertían, deseaba estudiar allí a toda costa, pero su padre jamás la dejaría.
Hace una semana
- Padre por favor! Déjame estudiar en la tierra junto a los humanos! -Dijo Talamara con desesperación.
Talamara era una joven sirena de 15 años, su pelo era azul como el agua, de una piel tan blanca como la espuma de mar, y de unos ojos verdes como esmeraldas, se le decía que era la sirena más bella del mar, ella era la única hija del Rey Rodo, Rey del mar, por lo tanto Talamara era la princesa del mar y única sucesora de la corona.
- No! Ya te lo he dicho mil veces Talamara, no puedes juntarte con los humanos, está terminantemente prohibido! -Dijo el Rey Rodo de manera tajante.
Talamara puso un gran gesto de tristeza y se fue nadando a gran velocidad.
Luna, la sirviente real del rey que era una sirena de unos 33 años con el pelo rojo, se acerco al rey.
- Señor, no entiendo, por que no deja a la señorita Talamara estudiar en la tierra? Puede que con una semana allí vea la maldad de los humanos y quiera regresar.
- Es posible, pero eso no es el problema Luna - dijo el Rey de manera preocupada.- El problema es que tengo un acuerdo con el Rey de Westalia, yo le prometí que el reino del mar y el reino de la tierra jamás cruzaremos nuestros caminos, si rompo esa regla, que pasaría? No quiero imaginarlo.
-Ahora entiendo -dijo Luna- supongo que nosotros no podemos hacer nada.
De regreso al presente.
Talamara miraba con tristeza la Academia Elitia, pero entonces escuchó un susurro desde el fondo del mar.
Talamara... Talamara...Talamara...- El susurro cada vez era más fuerte, este susurro era de una voz femenino pero bastante grave.- Deseas ir a esa academia?
-Si- dijo Talamara sin dudar.
-A cualquier costo?- dijo la voz.
Talamara se quedo pensando un momento-Si,... a cualquier costo.
-Perfecto...-Tras ello Talamara fue teletransportado a otro lugar.
Ahora Talamara estaba en una cueva oscura cuya única luz provenía de una especie de caldero en el centro de la cueva, este caldero parecía brillar con una magia especial, a Talamara no le era desconocida esa magia, pues era uno de sus pocos talentos. Tras el caldero apareció Levana, la bruja del mar. Ella era una mujer conocida por todo el reino del mar por sus increíbles habilidades mágicas, ella ha echo innumerables logros con su magia, como sanar a peces enfermos y combatir a criaturas marinas peligrosas. Pero hace un tiempo se la desterró del reino por alguna misteriosa razón. Levana tenia un aspecto muy joven, lucia como una mujer de 20 años, con gran y sedoso pelo negro, y una piel de aspecto rosado, pero todo el mundo en el reino del mar sabía que esto era producto de su magia y que su verdadero aspecto era muy diferente, aunque desconocido para la gran mayoría de seres en el mar.
Talamara se asustó porque conocía muy bien que el contacto con un ser desterrado, como era Levana, era también motivo de ser desterrado.
- Tú!- dijo Talamara.
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Una nueva vida. (Una historia Omorashi/Abdl)
FantasyTalamara, una princesa sirena de la ciudad sumergida de Atlanpolis, desea estudiar en la Academia Elitia, en la región de Westalia, y así aprender de los humanos junto a ellos, para ello va a ver a una bruja y esta le concede sus deseo, dándole dos...