Four

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La verdad es que ya no sé cómo habíamos llegado hasta este punto. No habíamos hablado desde ese día en la azotea de la universidad, y ya habían pasado unos 3 meses, en los cuales no volví a hablar con el grupo, simplemente hacían de cuenta de que yo no existo.

Y hoy, 24 de diciembre, pretendía pasar solo, pero la llamada de Choi y su presencia en mi casa arruino todo. Ahora ambos estamos en mi cama, acostados, sin ropa y muy pegados, quizás demasiado.

Realmente no estamos haciendo nada porque yo recientemente desperté, mientras que él sigue durmiendo cómodamente sin intención de soltarme. Bueno, tampoco quiero que me suelte. Amaría que nos quedaríamos así para siempre, pero lamentablemente ya no estamos juntos y él tiene novio, por lo que esto sería infidelidad, y realmente no quiero ser "el otro" de alguien más o que se arruine una relación por mi culpa.

Pero ya no puedo hacer nada, lo hecho, hecho está y ya no hay vuelta atrás, además yo también cooperé, así que también estoy enredado en esto.

[...]

—Extrañaba estar contigo...

—Solo báñate, quieres, no es como si fuésemos a hacer algo más.— No escuche respuesta alguna. Solo seguí frotando mi cuerpo con una esponja, no quise prestarle mucha atención.

Pero, en cambio, sentí sus manos en mis caderas y también el cómo apegaba nuestros cuerpos.

—¿Seguro...? Yo creo que señora Penélope, si quiere que suceda algo...— ¿Señora Penélope...?

—Choi...— Lo llamé en un pequeño gemido. La manera en que acaricia mi pene tan descaradamente me estaba volviendo loco.

—No.— Detuvo todo movimiento y me sentí frustrado por mi reciente erección que ya no estaba siendo estimulada. —Es SooBin, no "Choi". Vamos, dilo.

—Ngh, SooBin...

Volvió a tomar mi pene para seguir con lo que había estado haciendo. Incliné mi cabeza hacia atrás delicadamente, casualmente apoyándola en el hombro de Choi. Juro que con este hombre solo bastan 5 segundos y puedo llegar a más de un orgasmo seguido.

Y algo así fue, no pasó mucho hasta que eyacule manchando su mano y el suelo de la ducha, pero todo eso se lo llevó el agua. Ahora, en cambio, me puso hacia la pared aun de espaldas a él, creo que ya sé lo que se aproxima.

Tal como lo pensé, sentí un dedo abrirse paso en mi trasero para llegar a mi tan apreciado y apretado ano que Choi siempre se encargaba de recordarme cuan apretado es, gracias por eso Choi.

No teníamos lubricante, pero si el agua ayuda bastante, todo porque aunque no quiera, igualmente llega a entrar, Choi, en cambio, no decía nada, solo movía su dedo como un experto sacándome gemido tras gemido y de un momento a otro ya tenía tres dedos estimulando mi agujero y podía sentir que tenía intenciones de añadir otro.

—Mngh... Cho- SooBin ya mételo...— O me metes la mano entera o me metes esa Sooconda de una vez.

—Como quieras.— Dijo para después sin más meter su pene de una sola estocada.

—Oh, dios...— Definitivamente extrañaba esa Sooconda.

Se quedó quieto para esperar a que me "acostumbrara". Como sí, nunca me hubiese follado en la vida.

—Ah maldición, solo... Muévete de una puta vez.

—Dilo con más agresividad, ¿no?— Gire mi cuello observándolo por el rabillo del ojo amenazadoramente.

Se quedó callado después de eso, realmente tiene miedo de mí cuando me enojo, y es que según él parezco una fiera, creo que lo saque de mi abuelo, el hombre se la pasaba todo el día gruñendo y maldiciendo, creo que se creía perro.

Confusión. Soojun [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora