Life...

"Decisión"

Emily:

El día siguiente desperté sintiendo algo raro a lado mío, todavía tenía los audífonos puestos y estaba sonando Another love de Tom Odell, bellísima forma de despertar, así que, me quité los audífonos y volteé en donde se suponía que debía de estar mi hermana, pero no estaba.

Seguía su colchón ahí, pero, mi hermana estaba dormida en mi cama con un brazo en mi estómago, con ojos y boca abierta y roncando.

Repito, toda una princesa...

La empujo haciendo que caiga en su colchón y cae boca abajo y sorprendentemente, sigue dormida.

Repito por tercera vez, toda una princesa...

Me levante de mi cama, acomode las cobijas y decidí meterme a bañar, agarre mi toalla y mi ropa y unos zapatos, pero al hacerlo se me cayó un vaso de platico al piso.

Dos segundos después sentí un almohadazo en mi cabeza y al voltear vi a mi hermana con cara de dormida viéndome con enojo.

–Emily, hay gente durmiendo –dijo con la voz ronca y su cabello en la cara–. Un poco más de respeto, por favor –y terminando de decirlo se volvió a acomodar en su colchón volviendo a dormirse.

–Así que con eso si te levantas –pregunte regresándole la almohada que me había lanzado–. ¿Por qué amaneciste en mi cama Lía?

–No pensé que te darías cuenta –hablo, pero se escuchó más como un murmullo ya que seguía boca abajo en su almohada.

–¿No pensaste que me daría cuenta de que hayas amanecido en mi cama?

Se quedó un momento en silencio, dándose cuenta de lo ridícula que había sido su excusa, pero termino respondiendo con un simple:

–No.

–Bueno, te quería preguntar algo más tarde, pero como ya estas despierta te lo preguntare ahora –dije acomodándome en mi cama sentada como indio.

–No, yo sigo bien dormida, mira –hizo un sonido de un ronquido–. ¿Ves? Bien dormida.

–Bueno, como te decía, Paula nos invitó a comer a las dos.

Se incorporó en su colchón quedando sentada y con su cabello por todos lados, y me dio un flashback rápido a Anna de Frozen cuando se levanta, se parecían mucho.

–¿Hoy? –pregunto intentando acomodarse su cabello.

–Si –hice una pausa y agaché un poco mi cabeza, y eso fue más que suficiente para que se diera cuenta de que había algo más.

–¿Qué más Emily?

–Atenea también me invito a comer a su casa.

–¿Y tú que quieres hacer?

–La verdad, quiero ir con Atenea, hace mucho que no la veo y de seguro quiere platicar conmigo de algo –dejo de hablar y mi hermana me hace una seña para que siga–.

–Pero...

–También quiero ver a Paula –al decir eso mi hermana se me queda viendo–. Es que, aunque no lo creas, me gusta pasar tiempo con ella, ¿a ti no?

Se quedó callada, viendo fijamente un punto de mi pared, sin parpadear.

–¿Lía?

Siguió callada, pero esta vez parpadeo lentamente viendo ese punto en la pared.

–¿¡LÍA!?

Dio un salto asustada como si le hubieran echado un vaso de agua en la cara y me volteo a ver con los ojos bien abiertos.