Capítulo 7: Inocencia

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Monty levantó al niño del suelo

Sujetandolo con firmeza contra su propio cuerpo

frotando morbosamente su dolorosa ereccion contra el pequeño cuerpo que mantenía cautivo entre sus brazos, comenzando a jadear descaradamente en el oído del niño mientras cerraba sus ojos, gustoso por la abrumadora satisfacción que sentía

dejando ver dos extensas hileras de afilados dientes que se asomaban sin pena alguna desde su largo y grande hocico

-Vallamos a un lugar más cómodo-

Le susurro monty entre jadeos con su alienado a tabaco justo en su pequeño oído, provocando que un escalofrío recorriera el cuerpo del niño

El cual pudo haber protestado

Pudo haber gritado

Pero no lo hizo

Temeroso por las consecuencias que eso traería, temeroso por lo que ese cocodrilo le haría si se atrevía a protestar

El niño tenía miedo, mucho miedo

-Tu pequeño y lindo cuerpo me será muy útil...-

Le susurro con lujuria y perversión, para acto seguido hacer algo digno de lo que era

Un degenerado

Abrió sus fauces dejando escapar su aliento apestoso a tabaco, sacando su grande y larga lengua la cual arrastró lentamente por toda la extensión de la rosada mejilla del infante

Y el niño, ante esto, dejó escapar un agudo sonido de miedo

El cual fascinó al lagarto

Los pasos de monty eran pesados y fuertes pero lentos a propósito, queriendo disfrutar de cada segundo que pasaba tan cerca del delicado cuerpo ajeno

Llegando finalmente a la puerta del dormitorio la cual fue abierta de una patada por el lagarto para posteriormente arrojar al niño a la gran cama que ahí se encontraba

El cual conmocionado por la repentina acción de monty alcanzó a escuchar aquel sonido característico de una puerta cuando es cerrada con llave

Por lo que, alarmado por aquel sonido el pequeño volteo rápidamente hacia la procedencia del mismo, solo para ser testigo del como el cocodrilo se retiraba su camiseta, la cual arrojo lejos al quitársela por completo

totalmente despreocupado del donde podría caer, centrando toda su atención en el pequeño cuerpo que yacía totalmente desprotegido en la gran cama de su habitación

Comenzando a quitarse lentamente su cinturón mientras se acercaba con cautela asta donde el niño se encontraba, pasando morbosamente su lengua por toda la extensión de la comisura de su boca, ansioso por probar un poco más de aquel dulce sabor que tanto le había encantado

Que tanto lo había exitado

Observaba al infante con una mirada repleta de lujuria quien con temor retrocedió asta topar con el respaldo de la cama

Eso le pareció jodidamente lindo al depravado

Le pareció jodidamente apetecible

Y monty al terminar de retirarse el cinturón lo arrojo lejos, o lo habría echo...

pero al este levantarlo con el propósito de arrojarlo el pequeño se cubrió con sus brazos en un intento por cubrirse de un golpe que jamás llegó

Solo llegando a escuchar el tintineo del cinturón que permaneció suspendido en el aire

 𝓝𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓪 𝓵𝓲𝓷𝓭𝓪 𝓼𝓾𝓹𝓮𝓻𝓮𝓼𝓽𝓻𝓮𝓵𝓵𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora