Manos y gritos

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La cama se hundío ligeramente ante el peso del depredador, cediendo bajo su avance, aproximándose lentamente a aquello que tantas noches atrás había intentado resistirse

Entregándose finalmente, cediendo voluntariamente, como un patético alcohólico ante el dañino pero embriagante alcohol

Acallando aquellos vestigios ruidosos de moralidad qué aun permanecían a flote en su trastornado razonamiento
Egoísta, reduciendolos a nada más que tenues susurros qué aun resonaban como ecos distantes dentro de su cabeza inundada de lujuria

permitiéndose ser cegado y guiado por esta, reconsiderando todas y cada una de aquellas retorcidas y enfermizas ideas con las que había estado conviviendo y luchando durante tanto tiempo, aquellas mismas que tanto había intentado disipar de las profundidades más repulsivas de su conciencia

Escuchando vagamente como aquellos ecos, casi inaudibles, aun persistían insistentes dentro de su cabeza, intentando persuadir débilmente su razonamiento dañado, recordándole lo terriblemente incorrecto que sería el por fin obtener lo que tanto había deseado

Y aunque aquello le habría resultado más que obvio hace algunas horas, ahora mismo aquel mismo pensamiento le parecía realmente incoherente

¿Porque desaprovecharía una oportunidad como esta?

Pensó, dentro de lo que el consideraba ahora mismo coherente, disfrazando su egoísmo, excusándose nuevamente

Pues aunque la lucidez se manifestara en el nuevamente, era totalmente consciente del camino sin retorno que ya había tomado

Camino que quizás aun no era tarde para cambiar y simplemente era el quien ya había tomado una decisión, guiado por nada más que su asqueroso deseo egoísta

El cual había negado, pero finalmente aceptado

Sintiendo como aquella fluctuante llama interna de negación luchadora que tanto lo había mantenido a raya durante tanto tiempo, finalmente sedia ante las azotadoras ráfagas de deseo que abrumaban sus sentidos, inhibiendo su juicio, desvaneciéndose este paulatinamente en el humo ascendente de aquel fuego abrasador al fin extinto

Sintiendo como el frio exterior golpeaba suavemente su corto pelaje ocre en su cuerpo totalmente descubierto, recordándole momentáneamente el como se había desecho de sus prendas con desesperación justo después de aquella simple y siniestra invitación

Prendas las cuales lo esperaban pacientemente desperdigadas por toda la habitación al momento en el que sus mas bajas necesidades fuesen finalmente atendidas y saciadas

Pues justo frente a el, su más grande anhelo se encontraba

Recostado boca arriba sobre el torso de aquel caiman, forcejeando en el firme agarre de este, el cual con una mano envolvía y retenía sin mucho problema las pequeñas muñecas qué luchaban infructuosamente por liberarse, mientras que con la otra cubría la pequeña boca del niño, amortiguando los pequeños y adorables sonidos qué este producía entre forcejeos

Notando claramente como aquel cocodrilo del cual el niño era prisionero, simplemente observaba aquellos tiernos esfuerzos inútiles con una diversión casi macabra, la cual era evidenciada claramente con la siniestra sonrisa burlesca qué mantenía plasmada en su largo hocico repleto de afilados dientes

Apretando con maldad su agarre en las delicadas muñecas del infante, en busca de alguna reacción más excitante de la cual el y el oso pudiesen disfrutar

provocando asi que un pequeño gemido de aparente dolor se escapase de los labios del pequeño, filtrándose a través de la gruesa mano del lagarto como un leve sonido amortiguado, agudo y entrecortado, funcionando como una sinfonía depravadamente placentera para ambos depredadores

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⏰ Última actualización: Jan 30 ⏰

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 𝓝𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓪 𝓵𝓲𝓷𝓭𝓪 𝓼𝓾𝓹𝓮𝓻𝓮𝓼𝓽𝓻𝓮𝓵𝓵𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora