Cap I: Calida bienvenida.

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Sus ojos estaban enfocados en la carretera, la nueva ciudad a la que se habían mudado era un lugar nuevo, desconocido, tanto que daba miedo, se notaba en la cara del pequeño pecoso de solo 13 años, la experiencia de mudarse a nuevas tierras por decisión de su madre era algo que le asustaba pero a la vez le alegraba, crearía nueva vida ahí, sin que niños mediocres se burlen de sus pecas y le hagan sentirse mal consigo mismo, o que le digan adoptado por su cabello rubio, cosa que era más genética por parte de su bisabuelo.

En cuando vio la nueva casa, tan tenebrosa, sin vida como aquel día, dudo si bajar o no, al final lo hizo por que su madre le obligó, abrazo su peluche que le regalo su único amigo antes de venirse a vivir, entro a la casa y observo todo, un frío abrazador cubrió su cuerpo, exhalo aire para fijarse todo, subiendo las escaleras para ver su cuarto, era el único al que le llegaba la luz solar, se acercó a la ventana y visualizo una figura en la ventana de la casa ajena, se exaltó un poco al ver que desapareció, miró todo teniendo un escalofrío estornudando por el polvo para escuchar la voz de su mamá.

—Felix ven, ayuda a mamá a desempacar!—hablo desde la parte baja de la planta mientras su hijo mayor caía con sus cosas.

—Voy!—dejo su peluche en un mueble de ahí para bajar a ayudarle a su madre. Rió al ver a su hermano seungmin en el suelo.

—mocoso no te rías y mejor ayúdame.—gruñó recogiendo todo.

—Voy, pero no te enojes que te vuelves más viejo..—sonrió para ayudar mientras el camión llegaba, mucho más trabajo.

Esto sería tardado.

Al finalizar todo, ya casi en la noche Felix volvió a su cuarto a dejar cajas de ropa y pertenencias, miró el mueble donde dejó su peluche, al no verlo se altero y bajo rápidamente.

—Mamá, no encuentro a Bbokari.—hablo exaltado de una forma desesperada.

—No lo dejaste en el carro corazón?—lo miro tranquilo mientras dejaba cosas en la alacena.

—No! Yo recuerdo haberlo dejado en mi cuarto, justo en el mueble.—explicó mientras veía a su hermano riendo el cual comía una manzana.— Seungmin... donde lo pusiste?

—Ahora resulta.. que yo soy el que agarra tus cosas y te las pierde.—frunció su ceño.— No lo eh agarrado, ugh, cálmate, es un peluche

—No es solo un peluche, es el peluche que me regalo Yeonjun, seungmin por favor.—hablo acercándose a este dándole pequeños golpes.

—Seungmin, devuélvele su peluche.—hablo el padre de ambos chicos.

—¡No lo tengo! Mierda, que cosa bo entienden?.

—¡Seungmin! Tu vocabulario.—regaño la madre.

—A la mierda, maldito siempre me haces lo mismo.—fulmino con su mirada al rubio para irse a su ahora cuarto.

Felix entro en una pequeña desesperación pensando en los mil lugares que puede estar su peluche, bajo a ver las cajas en la basura, bajo de la cama, afuera en el patio, pero no había nada, al final se dio por vencido. Lloro de desesperación y tristeza, al final logró medio aceptarlo, el toquido en la puerta le sacó de su burbuja de tristeza, bajando por el llamado de su madre, las siluetas altas de los adultos tapaban a a la persona que había tocado minutos antes, suspirando bajo la mirada hasta que le llamaron.

—Felix, el es el señor Hwang, saluda hijo.—la madre sonrió.

El rubio miro al alto pelinegro para inhalar y exhalar sonriendole.

—Mucho gusto, soy.. Lee Felix, puede decirme.. ahmm Yongbok, es mi nombre aquí..—murmuró tímido por la nueva presencia y su mal coreano.

—Mutuo pequeño.—sonrió agachandose un poco a saludarle.— Es encantador su hijo señores Lee.—sonrió.

BABY CRY °• - HYUNLIX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora