Cercanía

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Esperó unos minutos desde que vio que el vehículo salía de la cochera con todos los integrantes de la vivienda a bordo, alejándose hasta desaparecer por completo y que todo a su alrededor quedara en la oscuridad de la noche. Se puso de pie, estirando las piernas por el tiempo que llevaba agazapada detrás del arbusto antes de sacar la linterna de su bolsillo y hacer una señal a la distancia. Pasaron apenas unos segundos cuando pudo ver el cambio de luces, lo que significaba que Shikamaru había entendido el mensaje y ahora acercaría el auto.

Volvió a meter la linterna a su bolsillo y avanzó hasta la puerta que daba al patio, abriéndola para ingresar a la casa y empezar de una vez la búsqueda de provisiones. Su primera parada fue la habitación encendiendo una lámpara que había junto a la puerta antes de quitar las mantas de la cama para tomar la sábana y extenderla sobre la luz, atenuándola para que no fuera tan visible desde afuera. Después de eso sí continuó su camino hasta su verdadero objetivo: el armario. Noviembre estaba llegando a su final y la temperatura ya estaba descendiendo, por lo que no iban por el botín de siempre sino más enfocados en conseguir ropa abrigada.

Una semana atrás habían hecho otra salida, en esa vivienda habían encontrado apenas un par de abrigos, como la nieve todavía no había empezado a caer al parecer los enemigos no consideraban necesario aun comprar ropa que sirviera para temperaturas bajo cero. O tal vez como tenían calefacción en sus hogares, sus vehículos y probablemente en sus oficinas no consideraran necesario abrigarse más de la cuenta. Pero para ellos sí era vital hacerlo, por eso estaban nuevamente fuera de la cabaña.

De lo que había alcanzado a ver de los invasores antes que se fueran, la mujer era un poco más corpulenta que ella, lo que le vendría bien porque usaría varias capas de ropa. Además que tenían un adolescente más alto que Gaara, así que podría conseguir no solo ropa de invierno sino normal para su hermano. 

Sonrió de lado al notar que esa familia sí estaba un poco mejor preparada para la estación venidera, y aunque la ropa no era del todo de su gusto no era completamente horrible. Estaba revisando las diferentes prendas allí colgadas cuando escuchó pasos en la habitación, pero no se alarmó. Shikamaru llegó hasta ella y la abrazó ligeramente por la cintura antes de depositar un ligero beso en su cuello que hizo que toda su piel se erizara de inmediato.

- ¿Ya revisaste el baño? — ella negó con la cabeza pero antes de contestarle él se fue hacia el lugar mencionado.

La pregunta le pareció extraña, en la salida de la semana anterior habían conseguido suplementos de aseo que les durarían bastante, por lo que no le parecía una prioridad. Tampoco era como si fuera a pensar más al respecto, eran productos cuyas fechas de vencimiento eran lejanas por lo que podrían tener reservas sin problemas.

Descolgó uno de los abrigos y se lo puso, acercándose al espejo para verse con la tenue luz que refulgía en la habitación. El Nara salió del baño, empezando ahora a revisar una de las mesas de noche, sacando su propia linterna para iluminar el contenido de estos a la vez que movía todo de lado a lado. Al terminar con la primera se dirigió a la otra, revolviendo todo casi con desesperación para luego abrir el segundo cajón.

- ¡Bingo! — dijo con emoción y ella lo vio con curiosidad porque no lograba entender qué era lo que buscaba para ahora estar feliz

- ¿Qué encontraste? — preguntó acercándose mientras él se ponía de pie y escondía algo detrás de sí

- Nada

- ¿Nada? — enarcó una ceja — ¿crees que soy estúpida?

- Tsk, claro que no — él pareció dudar por un momento — es algo necesario, te lo mostraré cuando regresemos a la cabaña

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