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Amanece el nuevo día

y en mi puesto de vigía


de la cueva y del pinar,

oteo los senos de la mar


quejumbrosa y altiva,

dama de ojos azules

que relucen como soles,

parpadeando de ansia.


Queremos nuestro tributo

al hombre que busca el fruto


de árbol tan amargo.

Amanece un nuevo día

en la mitad del ocaso.

Corazón verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora