Capitulo 35

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Katsuki se queda sorprendido al sentir los labios de ella sobre los suyos y aún más cuando ella es quien lleva el ritmo y lo domina por completo.

Katsuki lentamente movió sus manos hasta las caderas de ella mientras correspondía al beso, hasta que Senju se separó y golpeo las manos del rubio

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Katsuki lentamente movió sus manos hasta las caderas de ella mientras correspondía al beso, hasta que Senju se separó y golpeo las manos del rubio.

—No me toques.

Senju tomo el rostro del rubio y le dió una mordida fuerte en la mejilla, haciendo que él soltará un gemido de dolor.

—Senju ¿Que demon...?

—No te di el permiso de hablar.--- Coloco una de sus piernas entre medio de las del rubio y volvió a sujetarlo de la camisa, rompiendo algunos botones en el proceso y dejando a la vista su pecho y parte de su abdomen.--- ¡Tu no confías en mí! Vamos a ver si hoy no hago nada.

Katsuki se tenso cuando vio que su pareja abrió la hebilla de su cinturón y luego sus pantalones, Senju llevo sus manos hasta meterla dentro del pantalón y tomando el miembro contrario dándole suaves caricias haciendo que el rubio soltará suspiros.

Él quitó sus manos y la alzó de los muslos, colocándola contra la pared.

—Dilo, di que te preocupas por mi.

Ella golpea su hombro.--- ¡¿Quien te dió permiso de tocarme?! ¡¿Te caiste cuando eras un bebé?! ¡¿El que ya no te trate mal te dió la confianza de esconderme las cosas?! Si no fuera por mi buen carácter, esa noche hubiera entrado y los hubiera matado a ambos. Mi mente pensó que ahora que me tenías en tus manos podrías reemplazarme fácilmente ¡Tu no debías ser como Izuku!

—¡Ni muerto soy como ese Deku! ¡Dilo! ¡Di que yo no soy como él!--- Senju lo toma del cuello y comienza a apretarlo.--- ¿Intentas matarme?--- Dijo con una sonrisa.

—Eres un buen chico. Las heridas sanan y los huesos rotos se arreglan pero si no te queda sangre en el cuerpo morirás.

—¿Que carajos?

—Tu eres mi sangre, eres mi vida y sin dudar, tu no eres Izuku.

Katsuki no lo aguanta más y une sus labios con los de ella, presionando a la vez el botón para que el ascensor vuelva a funcionar, sus bocas no se separan hasta que la puerta se abre.

Senju camina fuera del lugar como si nada, voltea a ver al rubio con una sonrisa mientras se quita la camisa que lleva.

•••

—No estoy muy contenta que digamos Bakugo.

Katsuki trago grueso al tener a su chica sentada en su abdomen, ambos estaban desnudos pero el problema era que él estaba amarrado a la cama sin poder tocarla o moverse siquiera.

—Nunca más volveré a esconderte algo.

—¿Algo más?--- Katsuki intento moverse para sentirla un poco más.--- No te muevas. Me parece que los brazos no son suficientes.--- Ella sonríe y busca unas cuerdas para amarrar las piernas del rubio de igual forma.

The Price of WantingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora