YumeKira A,B,C

E

Enferma

—¡Kirari!—

Yumeko abrió la puerta de su dormitorio bruscamente buscando a la peliblanca pero solo encontró a Sayaka

—No grites Yumeko—

—¿Que fue lo que pasó?—

—Se desmayo derrepente pero el doctor dice que solo es un resfriado—

—¿Donde está?—

—En la cama—

Se acercó rápido pero su corazón dejo de palpitar al verla con la respiración agitada, sudando, las mejillas rojas y totalmente indefensa

—(Cálmate, cálmate, cálmate, cálmate) está mujer es tan sexy—

—Ahora tengo miedo de dejarla sola contigo—

—¿A dónde vas?—

—La empresa se quedó sola así que la dejo en tus manos y no le hagas nada raro—

—Espera no te vayas, rayos....... ¿Que se supone que tengo que hacer? Jamás nos habíamos enfermado, no tengo idea de cómo cuidar a un enfermero—

—Y-Yumeko—

—¿Si cariño?—

—¿E-En donde....... Estoy?—

—En nuestra casa, tienes un resfriado, Sayaka te trajo—

—¿Un resfriado?—

—Si—

—Ya veo ¿M-Me traes agua?—

—Ahora mismo—la casa tenía demasiadas escaleras así que bajar fue una tarea muy difícil y subir iba a ser peor—¿Que tengo que hacer después? ¿Y si muere por mi culpa? ¿El paño es con agua helada o caliente? ¿Que medicina tengo que darle? ¿Debería llamar a nuestro médico? ¿En dónde está mi celular? ¡El agua!

Subió lo más rápido que pudo y le entrego la botella con agua, jamás había visto a Kirari tan vulnerable como estaba ahora

—Asi que esto es un resfriado—

—¿Vas a morir? Una vez tuve un hamster que murió de eso—

—N-No me compares con una rata—

El estómago le hizo ruido y Kirari solo se cubrió la cara con la cobija, la lujuria volvió a invadir la mente de Yumeko pero los alejo rápidamente

—¿Quieres algo de comer?—

—S-Si—

—Esperame aquí, ya vuelvo—volvio a bajar hasta la cocina pero ¿Cómo se cocinaba? Usualmente era Kirari la encargada de eso—que tan difícil puede ser preparar una maldita sopa

Busco el libro de recetas y preparo todos los ingredientes, todo iba bien hasta que llegó el momento de poner la sal, calculo perfectamente los gramos pero sin darse cuenta el frasco cayó dentro de la olla

Sin perder el tiempo sirvió la sopa y la llevó con mucho cuidado hasta la habitación donde estaba Kirari

—Cariño ¿Puedes abrir la puerta?—

—A-Ahora voy—con desesperante dificultad camino hasta la puerta para dejar entrar a Yumeko y luego volver a la cama—odio sentirme tan inútil

—Te daré la comida en la boca, vamos acércate

—¿Tú cocinaste?—

—Claro, puedo hacer más cocas con mis manos aparte de complacerte y apostar—