Strongest Woman

XXXIII

卍 Las tres deidades, inicia la guerra 卍

Tu estabas en la sala de tu casa con tu tío Madara, Izana y Mickey.

Vestía un pantalón estilo militar verde junto a una botas negras y en el pecho estabas vendada, en tu espalda mostraba un tatuaje de dos alcones

Mickey: Tn, South te pidió algo, no?

Tn: Así es, me pidió destruirlos lentamente a ti y a Brahman... Podría con Brahman pero sabes que no le pondré un dedo encima a Kanto

Madara: Si el pidió eso es porque quiere hacerse cargo del poder y ser la pandilla más grande y fuerte... La pelea entre ustedes está cerca

Izana: No solo eso, cuando el acabe con las dos pandillas, piensa matar a Tn ya que es la única que le haría frente

Madara y tu se vieron mutuamente y soltaron una carcajada.

Madara: El mocoso piensa matarla... Le faltarán mil años para alcansarla en poder, mi sobrina es mucho más fuerte que el... Por algo la entrenó yo

Tn: Es verdad, hagamos algo... Mickey, yo estaré en la Kanto cuando inicie la pelea...

Madara: Yo quiero divertirme, estaré con Brahman

Ante aquella respuesta, tu te sorprendiste y volteaste a verlo.

Tn: Creí que estarías en Rokuhara o en la Kanto

Madara: Tenía pensado estar con uno de esos dos pero en Brahman están tres chicos interesantes y su líder también... Además, Senju nos podemos entretener peleando

Mickey: Creo que Madara - San quiere causar miedo cuando tu y el peleen, nadie se atreverá a meterse

Tn: Talvez tío... Suena bien, Mickey... Si descubren nuestro nivel de poder se van a cagar de miedo... Bueno, empecemos a preparar las cosas para la pelea

Todos a sintieron y empezaron con la platica sobre que hacer y que no.

Mientras ellos tenían su platica, Takemichi estaba en una salida con Senju la líder de Brahman estaban en una feria, la noche era tranquila y poco a poco empezaba a llover haciendo que a Takemichi se sorprenderá ya que había tenido una visión en donde Senju estaba en el suelo, miró a todos lados y escucho un disparo, corrió para salvar a Senju pero cuando se escucharon más disparos sus ojos no creían lo que estaba viendo...