3- Tratando de Encajar

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-Aquí dijo Toth deteniéndose al lado de una puerta en la que al otro lado, había una placa con mi nombre, ¿Cuánto tiempo lleva Zeus planeando traerme aquí? pensé frunciendo levemente el ceño - ¿Qué ocurre? - preguntó ese hombre cruzándose de brazos y fulminándome con la mirada.

-Etto...no, nada - dije después de sostenerle un par de segundos la mirada antes de caminar a paso rápido hacía la puerta, para abrirla y posteriormente cerrarla a mi espalda.

Suspiré mentalmente, apoyando mi espalda contra la puerta para deslizarme lentamente hasta el suelo, apoyé mis codos sobre mis rodillas y mis manos en mi frente fijando la mirada en el suelo que visualizaba entre mis piernas.

-Vale...vale...tranquilízate...él a dicho que no notarán mi ausencia, no se preocuparán...no pasará nada...solo debo enseñarles lo que es ser un humano...enseñarles los sentimientos, etc...etc - murmuré moviendo un poco mis manos por impulso - Aagh...- suspiré echando la cabeza hacía atrás con los ojos ligeramente aguados - no sé porqué...pero me siento impotente...

Si al final de esté año escolar, no habéis conseguido llenar está esfera de cristal, quedaréis aquí atrapados por toda la eternidad.

Fruncí levemente el ceño, antes de frotarme los ojos con energía, levantándome del suelo para poner mis manos sobre mi cadera, antes de ver salir de una pequeña casa a un muñeco de trapo, que se puso de cara a mí alzando uno de sus brazos con una especie de sonrisa, poniéndome pálida como una sabana.

-¡Kyaaaaaaa! - grité con todas mis fuerzas haciendo rebotar el sonido por toda la pequeña casa - ¿Q-q-qué eres? - pregunté con la cara ensombrecida, con dos gotas de lágrimas en los ojos y una sonrisa nerviosa, completamente aterrada (Yo también le tengo pavor a los muñecos que se mueven QnQ )

-Soy ¡Melissa!, una creación de Zeus, hecha de barro, para servirte en todo lo que necesites - dijo alegremente sin bajarse de la mesa, mientras yo limpiaba mis ojos con las manos - encantada de conocerte - dijo tendiéndome el extremo de uno de sus amarillos brazos.

-Etto...un placer - murmuré arrodillada al lado de la mesa, asomando mis ojos y mí naríz sobre el borde de la mesa, mientras le daba la mano.

-Zeus puso tú uniforme escolar ahí - dijo señalando hacía una de las puertas, que por lo que pude ver, al estar entre abierta, era el dormitorio.

Me levanté con la boca ligeramente abierta, para empujar con lo dedos la puerta, encontrándome con una habitación preciosa, con una cama doble con dosel pegada a la pared de la derecha, con un escritorio, una librería y una gran ventana a la izquierda, y una puerta al final de la habitación, pensaba que era el baño, pero era un armario vestidos y dentro de esa habitación abrí una nueva puerta que dio a ser la del enorme baño.

-Aaah...-abrí la boca con una sonrisa apoyando un par de dedos sobre la barbilla - a lo mejor no esta tan mal - dije con una sonrisa divertida, antes de dirigirme al vestidor para ponerme el uniforme.

-Aunque sigo sintiéndome extraña al pensar en la situación...- murmuro con los brazos cruzados mientras caminaba por los pasillos, sin tener idea a donde tenía que dirigirme - no parecen malos chicos...pero...-dije bajando la barbilla mientras cierro los ojos con una sonrisa torcida - ¡Mi lógica morirá con toda está historia! - grité con todas mis fuerzas apretando los puños y alzando la cabeza, antes de suspirar con las mejillas levemente sonrojadas - Además...no comprendo cómo pretende Zeus que les enseñe que es el amor - dije cruzando los brazos por detrás de la cabeza, mientras hablaba para mí misma poniendo morritos con los ojos entrecerrados - yo no puedo enseñarles lo que es el amor...ni siquiera he estado con un chico - suspire con una triste sonrisa dejando caer los brazos resentida.

Instructora del Amor (PAUSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora