𝐬𝐞𝐨𝐮𝐥 % 𝘆𝗲𝗼𝗻𝗴𝘆𝘂

beomgyu significa amor.

[ Part 1 ]

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Yeonjun y Beomgyu se conocieron en los baños de la escuela, era el último año del mayor, en cambio, al menor le quedaban un par de años de lo que podía ser su infierno final.

Todo había comenzado con el pálido viendo las pequeñas gotas de sangre que manchaban el suelo, con curiosidad, siguió el rato hasta el cubículo del baño, dónde escuchaba pequeños susurros dolorosos, y un par de plegarias.

El cubículo estaba sin traba, así que solo abrió la puerta y encontró aquellos ojitos que sólo lo hicieron querer protegerlo de todo.

Beomgyu sostenía su antebrazo con fuerza, no sabía si había sido un golpe o si se había sacado la cáscara de los cortes de la noche anterior, pero algo había hecho que volvieran a sangrar, y estaba en la escuela, no quería llamar la atención por aquello, así que había corrido a los baños.

Irónicamente, le daba impresión la sangre, tenía el estómago revuelto y comenzaba a sudar frío.

Al ser atrapado con los cortes a la vista y con sangre en el suelo, en sus manos y algo de su ropa, lo primero que pensó era que lo criticaría, que le dirían cosas horribles, como siempre, y su pecho se comprimió y sintió el aire faltar, comenzó a respirar de forma acelerada y lloro un poco más, bajando la vista, separando los ojos de los gatunos de aquel joven mayor que no conocía.

—Hey, tranquilo —el pelinegro alzó sus manos hacia él para indicar que no era ninguna amenaza, se agachó a sus pies y buscó sus ojos, sin hacer ningún movimiento brusco—. No te haré nada, ¿Quieres que te ayude con eso? —preguntó con sutileza, a lo que el castaño negó, él no quería ninguna ayuda—. Bien, al menos, ¿Quieres que te ayude a que dejen de sangrar? —con esto asintió—, vamos, suelta —Yeonjun tomó sus manos, importándole poco que estás tuvieran sangre, cosa que dejó a Beomgyu algo sorprendido, porque nadie antes había querido tocar algo de eso.

Lo guió con lentitud hacia el lavamanos, dejó el agua correr y limpió sus brazos y las manitos de aquel joven con suavidad, para luego limpiar los restos de sangre de las suyas.

Tomó algo de papel higiénico para secar, primero al menor y después sus manos.

— No estabas haciendo presión para que dejara de sangrar, sino que hacías que corriera más y no pudiera coagular —le explicó—. Si vuelve a pasar lo mejor es que lo laves y después lo dejes curar sólo, ¿Bien?

Beomgyu asintió lentamente.

Yeonjun volvió a tomar sus manos.

— Tus manitos son muy lindas —dijo, sonriendo mínimamente—. Soy Choi Yeonjun, ¿Cómo te llamas?

— Choi Beomgyu —dijo, su voz era muy baja, y en serio le molestaba, porque casi siempre terminaba repitiendo todo varias veces y se sentía estúpido, no podía hablar ni siquiera en un tono normal.

Había muchas cosas que Choi Beomgyu odiaba de sí mismo.

Pero Yeonjun tenía buen oído así que lo había escuchado bien, y no le dió importancia el que hablara tan bajo.

— Es un gusto, Beomgyu —dijo, haciendo una leve reverencia—, ¿Quieres pasar un rato? ¿Para despejarte?

— Te-Tengo clase.

— Te hago un pase, no te preocupes —dijo Yeonjun, con una sonrisa, a lo que el castaño lo miró con sorpresa—. Soy el presidente del consejo estudiantil, tengo algunas ventajas, vamos, que no le regalo un pase a cualquiera —dijo, guiñando un ojo y sonriendo.