El plan era sencillo: escabullir a su Pastor Alemán en la repostería y comprar un pastel de cumpleaños para Liam Payne. Sin embargo, Louis nunca vio venir al fenómeno que era Harry Styles-alto, guapo, y aparentemente un fanático de los animales. El...
Espero que se sientan transportados a un caluroso y dichoso verano.
(Y una oración para que más hombres como Harry existan en la vida real)
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Louis es un excelente mejor amigo.
Es julio a inicios de verano, el sol brilla calurosamente sobre su cabeza, y Louis ha tenido la suficiente amabilidad de dejar su departamento, departamento que tiene aire acondicionado, para salir a las calles calientes y caminar—sudoroso con sus shorts azules de casa y sandalias amarillas—por el jodido Liam Payne.
Si fuera otra persona, Louis no hubiera dejado su cómodo sofa y su televisión reproduciendo alguna de sus series favoritas en Netflix para irse de aventura a las calles de Carolina del Sur tan temprano en la tarde. Pero había recibido un mensaje de Liam, un simple espero que no te hayas olvidado ;) que había tenido a Louis saltando fuera de su sofá casi de inmediato y rebuscando en su habitación aquella nota que había conseguido la semana pasada por parte de su amigo.
La cosa es, tal vez se había olvidado un poco, pero por suerte Liam reconoce lo olvidadizo que es a menos que apunte las cosas en papel—aún cuando él recuerda haberlo hecho en algún espacio de su calendario. Entonces, él está aquí: sudando en pleno verano con gafas de sol que no hacen mucha justicia cuando la luz se le cuela por debajo, y sosteniendo la correa amarilla de Sam, su pastor alemán.
Los días de julio en Charleston son bastante calurosos, pero Sam lo había mirado con aquellos ojos de cachorro cuando Louis se puso sus sandalias y su gorro y le había entrado una pena profunda pues es casi por la misma razón que ya no lo saca tanto a pasear como solía hacerlo. Hace mucho calor afuera y Louis es solo un omega con deficiencia de hierro que fácilmente puede desmayarse por la temperatura. Si Louis ve el lado bueno de las cosas, al menos Sam está disfrutando su paseo y respirando otro aire que no sea el del jardín frente a su departamento.
Louis se limpia el sudor de la frente con el dorso de su mano libre y voltea en una esquina, sosteniendo la correa de Sam más fuerte y casi tropezando cuando él empuja y le ladra a una ardilla que corre por la acera. Sus cejas se fruncen mientras ajusta el nudo de la correa en su muñeca—precauciones necesarias pues Sam lo ha tirado varias veces—y se fija en el número de uno de los edificios. Casi se le escapa un suspiro de alivio cuando ve que está en el 2804, a tan solo unos pasos más del 2815.
Agradece a quienquiera que se encuentre arriba cuando por fin llega, el pensamiento de pisar el lugar que definitivamente tiene aire acondicionado le hace sentir muchísimo mejor. Sonríe en alivio, parado frente a una enorme—realmente enorme—repostería que mínimo toma el espacio de tres locales juntos con toques que mezclan un aire tanto pintoresco como elegante.