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Sábado 20 de marzo

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Sábado 20 de marzo

Legent Hospital for Special Surgery, Texas, EE. UU.

POV. Tara Collins

Una semana.

Exactamente, ese era el tiempo que había transcurrido desde que Ada estaba en coma; tiempo en que los médicos únicamente eran capaces de decir que su avance era satisfactorio, pero que, como siempre, lo que teníamos que hacer era esperar a que su cerebro estuviera completamente desinflamado y pudiera despertar.

Solo podíamos esperar.

Lo malo de la situación, vino cuando la doctora a cargo de mi amiga pronunció aquello que ni sus padres, ni yo, queríamos escuchar.

"Es probable que la joven sufra daños en su sistema motriz o quede ciega."

La noticia me llenó de pánico.

Ada no podía sufrir tal cosa, ella es un ser lleno de energía y sería devastador para ella.

No he faltado un solo día a verla; venir al hospital y platicarle de mi día, se ha vuelto una de mis prioridades, y es por eso por lo que la noticia que su padre me da provoca un terrible sentimiento de tristeza.

— ¿Suecia?

— Si, hija — Joseph suspiró y asintió —. Cuenta con uno de los mejores hospitales en el mundo, queremos la mejor atención para nuestra Ada.

— Pero ella está recuperándose bastante bien, además, aquí en Texas hay excelentes hospitales. Este es uno de ellos — dije, abriendo mis brazos como muestra para que recordara el lugar donde nos encontrábamos.

No quería que se la llevaran, una parte de mi tenía asaz miedo de que algo le pasara y yo estuviese tan lejos.

Me dolería muchísimo no estar con mi amiga.

— Lo sé, Tara, pero el médico que hemos contactado es también de los más reconocidos y quiero que él se encargue de mi hija. Que me ayude a disminuir las posibilidades de que termine con algún daño motriz.

— Lo siento — me disculpo con él, por mi anterior insistencia —. Es solo que no quiero estar lejos de ella, quiero seguir totalmente enterada de su avance.

— Te entiendo, hija, y es algo que te agradezco con el alma. Me alegra ver que Ada tiene a una amiga tan buena como tú — puso una de sus manos en mi hombro izquierdo —. Sabes que ella desconfía de, prácticamente, todo el mundo, y si te quiere tanto como tú a ella, es porque vio en ti un ángel.

Hago una mueca triste, sintiendo calidez por esas palabras y sin más remedio, comprendo que la decisión fue tomada, pero antes de ello, le pido a sus padres que me permitan pasar a despedirme, cosa que ellos aceptan, dándome una sonrisa y pidiéndome que no me preocupe por el tiempo, que ellos se estarían encargando del papeleo.

EXQUISITA VINDICTA © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora