꒰☁︎꒱ Estás historias están hechas para la entretención de los lectores/as.
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Un día normal para un chico de cabello castaño quien había bajado recientemente después de estacionar su habitual mini camioneta de repartos frente a la tienda, entrando en ella haciendo sonar la campanita de la entrada al abrir la puerta, su buen humor desaparecería al esquivar una cuchara de madera que iba en dirección a su cabeza mientras escucho una voz adulta irritada, este soltó una chillido en respuesta.
- ¡¿P-PIGSY?!.. -Chillo el nombre del "agresor"-
- ¡MK TE TARDAS DEMASIADO! ¡YA TIENES UNA ORDEN NUEVA PARA LLEVAR! -Sonó una voz grave irritada detrás del mostrador mostrando a un cerdito vestido con ropa de chef- ¡YA SABÉS A QUIÉN! -Dijo refiriéndose a Monkie King-
- ¡Oki Doki Pigsy! ¡Una orden de fideos en camino! -Y con eso tomo el paquete rápidamente con una sonrisa- Por favor no te enojes Pigs-....¡AAH! -Soltó un pequeño grito al ser golpeado por un cucharón, escuchando a Pigsy decirle que lo despediría si no salía del local- ¡E-en seguida! -Por lo tanto salió del trance y se fue rápidamente del local-
Tan pronto como se subió a la mini camioneta se colocó sus audífonos, prendió el motor y dió inicio a su destino recorriendo las calles ya transitadas por la hora, parando en los semáforos en rojo, saludando a los niños que jugaban en la calle con un balón, sabía que sería un viaje largo, por lo tanto Pigsy no estaría muy contento, pero una orden es una orden.
Luego de unos minutos transitando por las calles de la ciudad se encontraba en una parte del camino con menos edificios, había un olor salado de pescados y mariscos, llegaría al muelle en dónde se embarcaría en un bote, llegando a una isla y comenzaría a transitar por un camino de tierra, después llegaría a un tipo de bosque con varios caminos, pero este sabía exactamente cuál era el caminó correcto, por lo que no lo dudo y giro a la derecha entrando a un camino algo estrecho y un poco oscuro ya que las copas de los árboles cubrían el camino de lo rayos del sol, pero las hojas dejaban un par de huecos por dónde la luz podía pasar sin problemas dejando algo de iluminación, habían rocas de gran tamaño cubiertas de musgo, incluso se escuchaba el crujir de las ramas ya que había un grupo de monitos de pelaje claro trepando los árboles. Fue un recorrido largo y cansador, pero llegó a su destino al subir los últimos escalones bastante cansado dándose un tiempo para respirar antes de pasar por la entrada de una cueva que estaba detrás de una cascada; por dentro habían un par de pilares, murales, ambos ya deteriorados por el tiempo, al entrar no tardó mucho en llegar a la salida dejando mostrar una pequeña cabaña bien construida sobre una base alta de roca cubierta por el musgos, algunas raíces y plantas, en la orilla había unas escaleras de madera a su costado izquierdo había un árbol de durazno, pero no había señales del dueño de ese lugar.
