Capítulo 2

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Ava

El viaje fue muy agotador, las dos horas de vuelo dejaron mi trasero doliendo, como odiaba viajar porque estar sentada tanto tiempo hacía que mis piernas se entumecieran del dolor.

La gélida lluvia me dio la bienvenida al bajar del avión, el frío estaba congelando mis huesos, mis dientes comenzaron a castañear a pesar de la gruesa gabardina que vestía. Olía a humedad y tierra mojada y un olor muy característico solo de ese lugar.

Busque a través de las personas que se encontraban en el aeropuerto, que esperaban a sus familiares o amigos. Sabía que vendría a buscarme, ya que no tengo auto y quería darme la bienvenida, luego de un minuto observando a las personas tratando de localizarla, pude distinguir ese cabello rojizo tan característico de ella, mi sonrisa se ensanchó al ver quien estaba junto a ella. 

Nuestras miradas se encontraron, mientras me dirigía a las dos personas que no veía hace casi un año, y la felicidad invadía mi cuerpo, Ellen Lafferty la mejor amiga de mi madre desde que eran adolescentes y eran inseparables, pasaron juntas los momentos más difíciles y felices de sus vidas juntas se convirtieron en hermanas y una tía para mí y Nick, y la persona que estaba junto a ella Olivia su hija teníamos la misma edad y desde pequeñas éramos inseparables, compartían el mismo color de cabello, un rojo muy bonito y esos ojos azules tan claros como el agua hacían que te quedaras hipnotizado por lo preciosos que son, nos distanciamos desde que Olivia y Ellen se mudaron hace un año de la ciudad. 

Llegué hasta Ellen y me envolvió en sus brazos plantando un beso en mí frente a modo de saludo, estar en los brazos de tía Ellen era muy reconfortante y cálido, te brindaban una vibra muy linda y relajante.

—Ava, cielo, tiempo sin verte, te extrañé — dijo separándose.

—Hola, tía, yo también las extrañé— saludé con una sonrisa.

Olivia carraspeó llamando mi atención.

—Liv— chillé saltando a sus brazos.

—Pensé que estabas ciega, o me había convertido en un fantasma sin darme cuenta—dijo fingiendo molestia y solté una risita 

Luego de los saludos y abrazos por parte de tía Ellen, salimos del completo del aeropuerto, dirigiéndonos a su auto. Al encontrarlo subimos y agradecí internamente la calefacción de auto porque estaba congelada. 

—¿Lista?—Liv me regreso a la realidad, asentí y el auto estuvo en marcha.

Desde la ventana del auto observaba la ciudad, era muy grande y bonita, tenía enormes edificios, el denso tráfico de esa hora y el constante repiquetear de la lluvia contra las ventanas termino por sumergirme en mis pensamientos.

Tenía unos cuantos meses sin venir, y era la primera vez que estaría sola en esta ciudad, no me malinterpreten estaba tía Ellen y Margot pero ellas tenían sus vidas, y yo la mía y ahora viviría en la residencia de la universidad. 

Mamá no estaba muy feliz de la idea, pero luego de unos cuantos meses y platicas logre convencerla, tenía miedo de que mis ataques de pánico volvieran y no estuviera alguien conmigo, siempre solía estar ella conmigo o Nicki, ambos eran mi apoyo, aparte de tía Ellen y Liv que sabían de mi condición.

Ellen era mi psicóloga, desde hace un par de años, por eso mamá termino aceptando que viniera sola a la ciudad, ya que sabía que yo acudiría a ella en cualquier situación. Estaba bien hace un mes que no tenía mis ataques de pánico y eso significaba que iba mejorando o ¿no?.

En el transcurso del camino a la residencia de la universidad, ninguna dijo nada, sabían que era me estaba tomando mi tiempo y que era una persona callada, la vida no había sido fácil para mí y muchas cosas en mí pasado cambiaron mucho de mí.

Algo más que palabras [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora