Hyodou Issei el heredero del caos

¿Hice lo correcto?

Trihexa...la encarnación del mismo apocalipsis y el fin del mundo como se le conoce, aquella bestia era el ser con mas poder en todo el universo conocido, incluso los dioses dragón no serían nada ante aquella criatura, si dos de las entidades mas poderosas no lo podían hacer frente...¿qué podría esperarse de la cualquier facción en el mundo? Era claro que si aquella bestia fuera liberada de su prisión el caos reinaría por siempre en la Tierra y nadie podría detener eso, no importa si sea hombre o dios, para Trihexa no hay comparación, solo muerte.

Eso era lo que Issei leí en sus libros que mantenía guardados en su habitación, algo que siempre le causó temor fue el Trihexa, tal vez el podía hacerle frente a un ejército, pero ante esa bestia el no era nada, escuchar a Rizevim sobre su liberación le causó una gran inseguridad y desconfianza hacia su mentor, el dudaba mucho de las capacidades de la brigada ante una bestia como esa, Issei sabía que no podía permitir tal cosa, su odio no lo cegaba lo suficiente como para apoyar esa locura, el era consciente de que vidas inocentes morirían sin un motivo y todo podría deberse a él, Issei debía tomar una decisión, detener a Rizevim y la brigada antes de que cometieran tal locura o seguir apoyando a quien le dio una oportunidad de volver a levantarse y continuar con su historia. 

Issei: ¿En qué mierda me metí? -Mirando su anillo- Se supone que eras un recordatorio de mi dolor hacia la casa Gremory, una promesa para jamás volver con los demonios... -Sacando sus alas- Y aún así volví a ser una simple pieza, dejé que mi dolor actuara por si solo, ya no puedo permitir eso -Arrojando su anillo al fuego- Ahora debo terminar esto

Issei solo comenzó a destruir todo lo que creo en ese lugar con el fin de alejarlo de las manos de Rizevim, sus libros los guardó en un sello, los muebles que tenía solo los quemó y por último tomó su mayor logró, el casco de Ryu, al tenerlo en sus manos un sentimiento de culpa se apoderó de él, pero no era tiempo de lamentos, simplemente dejó que el casco se consumiera con el resto de cosas en el lugar, Issei solo se marchó dejando que el lugar se consumiera en el fuego mientras que el solo se marchaba de ahí, no sin antes cambiar su traje por un conjunto de prendas negras siendo un pantalón, zapatos y chaqueta negra a excepción de una playera blanca, tras ese cambio el solo se fue del lugar, lo que Issei no notó fue que este había sido observado por alguien.

En la sala de reuniones se podía ver a Rizevim hablando con sus antiguos compañeros de guerra acerca del ataque al cielo y como el primer ataque sería ejecutado por los Dragones Malignos, dicha reunión se vio interrumpida por Euclid.

Rizevim: ¿Lo encontraste? 

Euclid: De eso vengo a hablarle señor

Rizevim: Déjenos solos -Una vez que todos se fueron Rizevim se dispuso a hablar con Euclid- ¿Qué es lo que sucede?

Euclid: Se fue, destruyo todo hasta dejar solo cenizas 

Rizevim: -Apoyando su mano sobre una pared la cual comenzaba a agrietarse- Vete

Euclid: ¿Señor?

Rizevim: ¡Qué te largues! -Golpeando la mesa destruyendo parte de esta con el golpe-

Euclid no dudo en hacer caso a las palabras de Rizevim y se retiró de ahí, por otro lado Rizevim se notaba moleste pero al mismo tiempo en el fondo sentía un dolor hacia aquella acción de Issei, sin embargo la ira es un sentimiento que te puede nublar el juicio y eso fue lo que le sucedió a Rizevim quien decidió sacar su ira comenzando a destruir todo en la habitación, los soldados que pasaban por los pasillos enseguida daban la vuelta solo con escuchar la voz de enojo del Lucifer. 

Rizevim: Jejeje...¿quién te has creído para hacerme esto a mi? PffJAJAJAJA

Rizevim se marchó del lugar solo que en esta ocasión usó un círculo mágico, aparentemente su ira estaba lejos de ser calmada y pronto Issei sería testigo de eso, la pregunta aquí era ¿dónde estaba Issei?