ડꫀꫀ ꪗꪮ𝘶 ꪖᧁꪖ𝘪ꪀ

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Dustin entró a la sala del Hellfire Club. Todo estaba tal cual lo habían dejado la última vez que estuvieron ahí. Caminó lentamente hasta la mesa. Sus ojos empezaban a picar, llenándose de lágrimas. Dustin tomó bastante aire y lo retuvo en sus pulmones. Se mantuvo así durante unos segundos para tratar de contener el llanto. Una vez sintió que lo había conseguido, siguió caminando.

Llegó a la mesa y pasó una mano por el borde. Vio las cosas del juego esparcidas en ella. Recordó la última vez que jugaron, la última campaña, se habían divertido tanto. Y todo seguía ahí, como congelado en el tiempo, esperando por la llegada del chico de cabello largo.

Ha sido un largo día sin ti, mí amigo...

El chico se mantuvo de pie frente a la silla de Eddie, la cual estaba del otro lado de la mesa.

Dustin miró hacia el suelo, luego miró al techo, y así siguió vagando su mirada por el lugar, sintiendo que no podía siquiera soportar ver esa silla.

Nunca cambies, Dustin Henderson. ¿Me lo prometes? Con esa frase en mente, regresó su mirada a la silla, cerró los ojos, y una lágrima resbaló por su mejilla.

Rápidamente la limpió, y empezó a acomodar un poco las cosas que había en ese pequeño lugar.

Recordó lo increíble que se sintió cuando se unió al club. La verdad es que siempre había visto a Eddie desde lejos, y deseaba poder acercarse para ser su amigo, pero siempre que se disponía a ir con él acababa echándose para atrás. Dustin sentía por Eddie lo que la gran mayoría de la escuela sentía por Jason, el capitán del equipo de básquet. Esa especie de admiración que provocaba un ferviente deseo de compartir tiempo juntos. Dustin se sentía tan insignificante al entrar en secundaria, y veía a Eddie como alguien tan pero tan genial, que simplemente quería ser como él, así de confiado, tan... Eddie. Afortunadamente, el de cabello largo fue quien se acercó al final, dándoles a Dustin, Mike y en algún momento a Lucas la contención y confianza que necesitaban.

Y lo que empezó como algo pequeño, se volvió una amistad, y la amistad se volvió un vínculo que nunca se romperá. El amor que le había tenido a Eddie nunca se perdería. Munson había sido una de las amistades más puras que Dustin tuvo en toda su vida... Y había deseado tanto poder reunir a todos sus amigos alguna vez para que pudieran conocer a Eddie, y su corazón dolía de pensar en que eso nunca sucedería.

A pesar de todo lo que había acontecido en Hawkins, el tiempo pasó y la generación del 86 se graduó. Saber que Eddie no estaría ahí listo para mirar fijamente al director, mostrarle el dedo del medio y tomar su diploma para salir corriendo, destruyó al de rizos como nada. Eddie era tan despreocupado respecto a lo relacionado a la escuela, pero ese año, ese año él estaba diferente. Deseaba tanto poder graduarse al fin. Dustin nunca entendería por qué esa posiblidad le fue arrebatada, así como a Chrissy, y cómo a los demás que se habían ido para ya no volver.

Había pensado en ordenar las cosas del Hellfire mucho antes, pero como la graduación se acercaba, pensó en que era más importante ir a ver al tío de Eddie. En realidad, se le había hecho una costumbre ir a verlo cada semana. El hombre de pronto se vio solo, con todo un pueblo difamando y atacando a lo más preciado que tenía, así que agradeció mucho la compañía, más que viniera de alguien que había sido tan cercano a su sobrino.

Dustin le contaba tantas cosas sobre su sobrino, y el hombre a veces reía, a veces lloraba, y en ocasiones las dos cosas se combinaban. Wayne no sabía cómo seguiría sin él, pero ver que Eddie había marcado tanto a aquel chiquillo de rizos lo reconfortaba de una manera impresionante. Él sabía que Eddie era un buen chico, pero que alguien más se lo confirmara, saber que había gente que defendía a su sobrino, fue un gran consuelo para él.

Dustin siguió ordenando. No le tomó mucho tiempo, aunque le habría tomado menos si se hubiera dejado ayudar por los demás. Pero se negó, y nadie volvió a insistir, quizás porque entendieron que necesitaba un momento a solas en ese espacio.

Mike estaba muy triste al igual que Lucas, pero entendían que ellos nunca habían llegado a tener tal conexión con Eddie cómo la había tenido Dustin, y los chicos de Corroded Coffin igualmente comprendieron la situación de Dustin, así que eligieron dejarle todo lo relativo al Hellfire, como Eddie había querido, y ellos se encargarían de las cosas de la banda, o eso intentarían, pues lo cierto es que ninguno quería seguir sin Munson, pero también sabían que a él no le gustaría eso, y ellos querían cumplirle el sueño y llegar a actuar en un gran estadio.

Una vez el chico terminó con sus tareas, se puso a rebuscar algo en su mochila. Finalmente sacó una foto enmarcada en la que se podía apreciar a todos los miembros del Hellfire.

La colocó en una pequeña repisa que había por ahí, recordando la pena que sintió Erica porque, como ella se había unido, tendrían que tomar una nueva fotografía, y claramente Eddie no podría estar en ella.

Una vez hecho todo eso, Dustin regresó y se sentó frente a la silla.

—No sé por dónde empezar... Primero, creo que te gustaría saber que todos estamos bien... Sobre tu tío, ya ha pasado un tiempo y aunque sé que nunca va a superarlo, es obvio, a veces voy a visitarlo, y creo que lo está llevando mejor. —y sonrió levemente al recordar al hombre viendo unas cuantas fotos de Eddie con una sonrisa en su rostro. Claro que también lloraba, pero ya no era un llanto que te hacía sentir desarmado de solo verlo.

Inevitablemente, a su mente vino el recuerdo del momento exacto en que Eddie se fue. —Sabes... me encantaría decir que esa noche estaba seguro de que todo saldría bien, que nuestra amistad continuaría por mucho, mucho tiempo... Pero algo me decía que no iba a durar...

Para su sorpresa, Dustin estaba llevando eso mejor de lo que creyó. Pensaba que no lograría controlarse y que rompería en un interminable llanto, pero estaba tranquilo.

—Dedicaste tu última canción a Chrissy... Con todo ese odio que recibiste, espero verte en un lugar mejor. Espero que la luz haya guiado tu camino, y que solo tuvieras buenos recuerdos en ese momento... Seguiremos con el Hellfire, esperamos que la imagen del juego se limpie en algún momento, pero bueno, para ser sincero, todos tenemos un buen presentimiento, y pondremos lo mejor de nosotros para mantener el club, aunque pensándolo bien, quizás debamos hacerlo en secreto, al menos por un tiempo... Ah si, ya le dimos su camiseta a Erica, no la usará ni en su casa, pero aún así la quería. Y nos contó que le está enseñando a jugar a una amiga suya, y le dijo que tal vez se uniría... —Dustin se detuvo, ahora sí, sintiendo que ya había dado todo de sí para contener sus ganas de llorar.

Sus brazos descansaban sobre su regazo. Miró hacía abajo y sus lágrimas empezaron a salir. Se agarró la cabeza con ambas manos y dejó salir sus sollozos.

Una vez más, tomó una gran cantidad de aire, y volvió a calmarse. Tras recordar algunos momentos que había vivido ahí, la risa de Eddie, su alegría, los cambios de voz que solía hacer mientras jugaban, todo aquello relacionado a ese chico y su característica personalidad, se levantó de su lugar y caminó rápidamente para salir de ahí.

A pesar de tener un momento de debilidad y haberse quebrado, retomó la decisión de ser fuerte. Estaba seguro de que Eddie no querría ser recordado entre lágrimas de tristeza. Entonces Dustin prefirió reproducir en su mente el recuerdo de lo feliz que se sintió su amigo una vez acabó de tocar esa guitarra que tanto amaba.

Tenía tanto que contarle sobre los planes que tenían para el Hellfire, pero el chico no creyó que sería capaz de hablar demasiado sin romperse, y ya no quería llorar. Estaba cansado de hacerlo. Así que tomó el pomo de la puerta, lo giró, y le dió un último vistazo a la silla. —Cómo sea, te contaré sobre todo eso cuando te vuelva a ver...

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ડꫀꫀ ꪗꪮ𝘶 ꪖᧁꪖ𝘪ꪀ ; Dustin Henderson • Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora