𝐌𝐚𝐪𝐮𝐢𝐥𝐥𝐚𝐣𝐞: Nikki siempre odió maquillarse y arreglarse en general, lo consideraba algo ridículo e inútil, una perdida de tiempo en resumidas cuentas. Pero a Mackenzie no le importaba lo que Nikki odiara.
🖋️::── Creditos del arte de la po...
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—¡Auch!—. Chillo una castaña mientras se tomaba con fuerza las raíces de su cabello, el jalón de pelo del que fue víctima era mas fuerte de lo que se esperaba
— ¿Hace cuánto no te peinas Maxwell?—. Pregunto la rubia que estaba detrás suyo mientras se recuperaba del grito de la otra chica, no esperaba que fuera tan difícil peinarla. — Si te peinaras seguido, no estaríamos pasando por esto. Además de que así no lucirás como un puercoespín andante—. Las carcajadas salieron de la fina boca de la rubia ante el comentario.
— Di lo que quieras Mack, si me peiné ¿Tu punto?—. La castaña se arrepintió de haber aceptado ser (según la rubia) mejorada por ella, sabia bien que se metió en la boca del lobo.— Si te es tan difícil peinarse, entonces ha de ser porque me arrancaste un mechón o tu estúpido cepillo de Victoria Secret se rompió—.
— No Nikki, mi cepillo no se rompió, el problema es tu cabello, pasar cepillo una vez al día no es peinarlo—. Dijo Mackenzie mientras pasaba su mano por el cabello de la castaña y empezaba a hacer unas pequeñas trenzas, el pelo de Nikki a duras penas y le llegaba a los hombros, Mackenzie no podía hacer mucho con eso, pero aceptó el reto de hacerle un cambio de imagen a Maxwell.
El toque era delicado, lento y perfecto, la castaña que estaba alerta de cualquier movimiento que hiciera la contraria se sintió más tranquila, cuidada, el cariño en cada toque a su cabello era como el mismo cielo, la rubia sabía que hacer para que se relajara, ella sabía todo de Maxwell.
— Me costó, tristemente no tienes tanto cabello como quisiera. Pero al menos te queda bien lo que hice—. Dijo Mackenzie mientras se paraba de su cama e iba a recoger algo de su tocador. — A propósito, "Victoria Secret" no ha hecho un cepillo de cabello, no tiene nada que ver—.
La castaña se paró de la cama y siguiendo los movimientos de la rubia, se dirigió al enorme espejo del cuarto y se analizó. No tenía mucho cambio como se veía normalmente, pero tenía algunas hebillas que sostenía su cabello y unas trenzas acomodadas de manera que luciera como una corona. No se veía tan mal, aunque prefería tener el cabello recogido.
— Como te dije guapa, hago milagros, pero necesito que te sientes acá para maquillarte y que quede con el peinado—. Dijo Mackenzie mientras señalaba la silla de tocador y miraba con diversión como la sonrisa de la castaña se transformaba en una expresión de rabia.
— ¡No! Prefiero mi muerte—.
— Nikki por favor, es solo algo de rubor. No te voy a apuñalar un ojo—.
— ¡Conociéndote, lo harás, además de que es ilegalmente incómodo!—. Gritó y empezó una carrera en la casa de la rubia mientras está simplemente caminaba detrás de la Nikki, ya estaba acostumbrada, siempre pasaba cuando Maxwell no quería hacer algo, de todas forma nunca escapaba de la casa, solo se ocultaba en el cuarto de Amanda esperando a que la niña la defendiera.
